Deseo compartir este bello texto sobre Sexualidad Consciente, escrito por Enriqueta Olivari, totalmente en conexión con mi trabajo terapéutico.
¿Por qué «La danza sagrada del amor»?
El sexo es el mayor acto creativo, pues a través de él podemos crear vida. Y aún cuando no pretendemos traer un hijo al mundo, nos conecta con la fuente de creatividad que todos llevamos en nuestro interior.
La sexualidad puede ser sagrada, si a la hora de compartirla dejamos nuestra mente – ego de lado, entregándonos por completo.
Una relación sexual y amorosa no es el encuentro apenas de dos cuerpos, sino la fusión de dos almas. En el éxtasis compartido nos sentimos unidos al otro, a nosotros mismos y a todo el Universo.
Por eso el sexo no es garantía de intimidad. La auténtica intimidad sólo sucede y es compartida cuando permitimos que nuestras emociones, sentimientos e incluso nuestra alma estén involucrados. De lo contrario se torna apenas un acto mecánico, que no nos conduce al crecimiento ni al verdadero deleite.
En realidad somos energía, y en el acto sexual nuestras energías se funden, creando una bella danza, en la cual nos estamos uniendo al otro también a nivel del alma. La danza sagrada del amor.
Nos hacemos Uno de verdad, al menos por unos momentos.
Las relaciones sexuales siguen estando condicionadas
Nuestro ego, y los condicionamientos que nos han inculcado en relación al sexo, son los mayores obstáculos para experimentar el éxtasis y este sentido de unión.
Gracias a la gran liberación sexual ocurrida en los años sesenta, para muchos el sexo dejó de ser algo prohibido y pecaminoso. Pero aún así seguimos condicionados por otros nuevos mandatos, y nos hemos ido al otro extremo: ahora todo gira alrededor del sexo.
Mucha gente cree que la calidad de la relación debe medirse por la cantidad de veces a la semana que se hace el amor. Pero es natural e inevitable que la frecuencia de las relaciones sexuales cambie con el paso del tiempo.
Al convivir con nuestra pareja, con el paso del tiempo esa unión se siente y expresa de muchos otros modos. Y a veces una mirada, compartida de un modo sincero, nos recuerda la unión de un modo profundo y hermoso.
También con la edad la energía deja de estar tan localizada en el centro sexual.
Si meditamos, si somos maduros emocionalmente, y hemos vivido nuestra sexualidad de un modo sano, con el paso de los años la energía comienza a retirarse hacia nuestro interior, y se dirige naturalmente hacia otros intereses.
Incluso nuestra creatividad aumenta y se expande. Esto significa, simplemente, que estamos creciendo, que nuestra energía está ascendiendo y se está refinando.
Pero la sociedad nos condiciona a pensar que nos ocurre algo errado, si no estamos obsesionados con el sexo continuamente.
Lo importante es la calidad, y no la cantidad de veces a la semana que tenemos este tipo de encuentro amoroso.
La calidad está determinada por nuestra verdadera capacidad de entregarnos.
La verdadera unión con el otro sucede si somos capaces de entregarnos.
Entregarnos de cuerpo y alma al otro, y al momento presente, dejando de lado nuestra mente, y fundiéndonos por completo, perdiendo voluntariamente nuestro ego y sus límites.
Hacer el amor puede ser la forma más fácil y natural de entrar en el estado de meditación.
Si no puedes estar totalmente presente en el aquí y ahora cuando compartes relaciones sexuales, será difícil que lo logres de otros modos.
La intensidad del encuentro sexual nos lleva de un modo natural a vivir el presente con totalidad.
Si estás muy preocupado por algún asunto, y no te lo puedes quitar de la cabeza, quizás sea preferible que esperes a resolver aquello, antes de tener relaciones sexuales con tu pareja.
Si no estás completamente presente a la hora de hacer el amor, no estás dándote a ti mismo ni a tu relación la maravillosa oportunidad que el sexo brinda: la de sentir una unión profunda y completa.
Muchas personas utilizan al sexo como una válvula de escape de la tensión y el estrés. Pero en esos casos la unión con el otro tampoco puede manifestarse ni compartirse.
El sexo no es apenas un deporte o un ejercicio físico
Si estás tenso y estresado, será mejor que hagas algún tipo de ejercicio, que medites o que recibas un masaje. De lo contrario estarás usando a tu pareja, lo cual te alejará del respeto y del Amor hacia ti mismo, y hacia ella.
El sexo es sagrado, pues es una oportunidad de experimentar la unión contigo mismo, con tu pareja y con todo el Universo.
Extracto del libro “El amor de tu vida compartida”, de Enriqueta Olivari.