Casi todas las disfunciones sexuales entrañan por detrás una gran desconexión con el cuerpo y la eyaculación precoz es una de ellas y de las más comunes en hombres. Junto con la disfunción eréctil, la eyaculación precoz es uno de los motivos de consulta más frecuentes en terapia sexual. También, una de las que entraña más retos a la hora de abordar el tratamiento, sobre todo si este es de carácter integrativo, es decir, que no se centra tanto en el síntoma, si no en aquello que lo genera. Se trabaja desde el apego y con la manera en que la persona tiene de regularse y de relacionarse.
El apego y sus tipos: la manera que tienes de relacionarte.
En este artículo, me gustaría hablar de la eyaculación precoz desde una perspectiva diferente a como se suelen leer en otros blogs o en manuales de sexología. En lugar de enumerar los síntomas uno a uno, hablaremos de cómo los patrones de personalidad, la cultura, los cánones sociales o el tipo de apego influyen en la adquisición de disfunciones sexual, en concreto en la eyaculación precoz.
Eyaculación ¿precoz?
En los inicios de los estudios de las disfunciones sexuales, la eyaculación precoz se definió en base al tiempo que pasaba entre que se iniciaba la penetración (por supuesto, heterosexual, es decir, pene en vagina) y se eyaculaba. Me parece que menos de dos minutos ya se consideraba eyaculación precoz. De primeras, ya esta definición es errónea porque no considera otras prácticas eróticas ni otros factores como las prácticas eróticas previas a la penetración que hayan podido darse. Si algo nos confirma esto es el filtro falocentrista hacia la sexualidad que seguimos teniendo. Por eso, a la mayoría de sexólogas, nos gusta definir la eyaculación precoz de una manera mucho más amplia y casi nunca preguntamos en consulta eso de “¿cuánto tiempo aguantas?” Entonces, la eyaculación precoz sería la insatisfacción con el tiempo de eyaculación (ya sea por penetración, sexo oral, masturbación, con hombres, con mujeres, etc.)
Yendo más allá, la eyaculación precoz se caracteriza, principalmente, por la sensación de descontrol sobre el orgasmo y la eyaculación. A la persona con eyaculación precoz lo que le ocurre es que, en una escala de excitación, digamos que pasa de 0 a 100 muy rápido y no es consciente de las sensaciones intermedias que estarían dentro de esa escala. Es como si se desconectara del cuerpo, porque lo que pasa es que están en su cabeza. De tanto tener pensamientos intrusivos del tipo “me va a volver a pasar”, “tengo que dar la talla”, “no voy a aguantar”, es como si el cuerpo se les anestesiase y efectivamente, fruto de los nervios, eyaculan.
La eyaculación, al fin y al cabo, es un reflejo. Si tu sistema nervioso está alterado (no solo en el momento de mantener relaciones sexuales, sino, en general), no va a poder tener un manejo adecuado de esos reflejos.
Causas psicológicas de la eyaculación precoz.
Aunque para cualquier disfunción sexual es conveniente acudir primero al médico para descartar cualquier causa orgánica, lo cierto es que en la eyaculación precoz la causa casi siempre es psicológica. Algunas de ellas son las siguientes:
- Masturbación rápida.
Al ser la eyaculación un reflejo, en la masturbación, este se puede condicionar. De adolescentes, los chicos tienden a masturbarse muy deprisa para que sus padres u otros adultos no les pillen. Además, en la masturbación masculina, el objetivo es llegar al orgasmo lo antes posible. De esta manera, lo que se consigue es que el resto de sensaciones pasen a un segundo plano. El cerebro las clasifica como “no importantes”. Y eso se refleja luego en otras prácticas eróticas en pareja.
- Abuso de pornografía.
Como siempre digo, la pornografía no es buena compañera. Con el consumo de porno lo que estamos haciendo el sobreestimular nuestro cerebro. Con la sobre-estimulación pueden ocurrir dos cosas: por un lado, la habituación, con la cual el cerebro necesita más estimulo para conseguir el mismo grado de excitación (pudiendo dar lugar a la eyaculación retardada), y por el otro, la sensibilización, cuando los estímulos activan más la respuesta del cuerpo. Este último tipo de aprendizaje es el que tiene lugar si hay un descontrol sobre la eyaculación, ya que los estímulos eróticos visuales y las fantasías hacen que te excites más.
- Intentar controlar la eyaculación.
Masturbarse antes de mantener relaciones sexuales o pensar en otra cosa mientras se está practicando sexo son las formas más comunes que tienen los chicos para tratar de no llegar al orgasmo. Sin embargo, esto apenas funciona. Básicamente, porque a más se trata de controlar más descontrol hay. Los pensamientos sobre control generan más nervios y ansiedad y ahí es donde se desencadena todo.
- Presión por cumplir.
Cuando tenemos presión o nervios porque algo suceda como queremos o tememos que suceda lo peor se da lo que se llama ansiedad anticipatoria. Esta ansiedad pone al cuerpo en alerta. Entre que tu cuerpo ya está medio anestesiado por los nervios o el condicionamiento, y cómo influye la ansiedad en el sistema nervioso, el reflejo eyaculatorio va a hacer lo que le dé la gana. Con la ansiedad se activa el sistema nervioso simpático, casualmente, el mismo encargado de los reflejos del cuerpo. Por lo tanto, cualquier intento de control nacerá del agobio y se activará esta rama de tu organismo, lo cual es contradictorio y contraproducente.
- Perfil obsesivo.
El patrón obsesivo o rumiativo se repite en las personas con eyaculación precoz. En general, son personas que tienden a sobrepensar, a darle vueltas a todo y, sobre todo, personas de pensamiento muy rígido que se rigen y se mueven por el mundo con reglas muy fijas. Preguntan y preguntan porque tienen que entenderlo, pensando que así les será más fácil llevarlo a la práctica. Precisamente es este uno de los principales problemas: están tan en la cabeza y en lo racional que les cuesta mucho bajar al cuerpo y a lo emocional.
- Haber tenido una primera mala experiencia.
Al ser chicos con tendencia preocuparse y a anticipar, si han tenido una experiencia sexual en la que, por lo que sea, no controlaron el momento de llegar al orgasmo y pensando que no estuvieron a la altura, dicha experiencia puede condicionar las demás, a través de la poderosa ansiedad anticipatoria, que ya sabemos las malas jugadas que pasa.
Conclusiones.
Curiosamente, el diagnóstico de eyaculación precoz no siempre ha existido, ya que, antes, eyacular rápido era señal de virilidad y masculinidad. Esto empezó a cambiar cuando se comenzó a tener en cuenta el placer de la mujer y, para ello, había que “aguantar”. Lo cual también es paradójico, dado que la mayoría de las mujeres NO llegan al orgasmo a través de la penetración. Me atrevería a decir que, para muchas, no es ni siquiera su actividad erótica favorita. Con lo cual, esto, a su vez, desemboca en que muchas mujeres finjan orgasmos para que la penetración termine y él pueda eyacular a gusto. Como veis, esto parece una serie de catastróficas desdichas construidas a partir de estereotipos basados en una masculinidad estándar que no hace sino alejarnos del placer.
Este tipo de creencias es lo que hace que la eyaculación precoz sea un problema para muchas personas. Por suerte, es algo que se puede tratar. Deconstruir lo que hemos aprendido mal sobre la sexualidad es posible. De ello, hablo bastante en mi ebook. Al mismo tiempo, algunos patrones de personalidad como los que he mencionado influyen en el mantenimiento de la eyaculación precoz y es desde ahí donde se trabaja en terapia.
¿Buscas psicoterapia para la eyaculación precoz?
En la consulta lo que más me encuentro son hombres jóvenes y solteros que no suelen emprender relaciones más profundas porque les invade la vergüenza y el miedo a que vuelva a pasar. Por si fuera poco, achacan sus fracasos amorosos a la eyaculación precoz, no hablan de ello con nadie y solo le dan vueltas y más vueltas en su cabeza. Respecto a aquellos hombres que vienen y tienen pareja estable veo que el problema se mantiene por falta de comunicación. No expresar cómo se sienten genera un silencio que la pareja no entiende y no sabe cómo ayudar y, en algunos casos, repercute en otras áreas de la pareja por la hostilidad. Puedes ponerte en contacto conmigo aquí para más información o te han quedado más dudas. En la primera sesión valoraremos si se debe trabajar en individual o en pareja.
Primera sesión en terapia de pareja.
Referencias bibliográficas
Lombardía, A. (2022). Hablando con ellos: La sexualidad de los hombres hetero. Oberon.