Hola, mi nombre es Alicia Manzano,
y soy Terapeuta y Coach emocional, experta en resolución de conflictos y facilitadora de Comunicación No Violenta.
Hoy quiero hablaros de nuestras heridas de la Infancia, más concretamente de la Herida de Humillación.
Desde pequeñ@s, nuestras experiencias van moldeando la percepción que tenemos de nosotr@s mism@s y del mundo. Una de las heridas emocionales que deja una huella profunda es la humillación. Sentirse avergonzad@, ridiculizad@ o menospreciad@ en la infancia puede marcar la autoestima y el comportamiento en la adultez, generando miedos y barreras que afectan la felicidad y el bienestar.
¿Cuándo se Forma la Herida de Humillación?.-
Esta herida surge cuando un/a niñ@ es expuesto a situaciones en las que se siente desvalorizad@. Puede provenir de padres, maestros, amigos u otras figuras de autoridad. Ejemplos de esto incluyen:
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Recibir burlas por la apariencia física o por la forma de hablar.
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Ser castigad@ de manera pública, generando vergüenza y culpa.
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Comparaciones constantes con herman@s u otr@s niñ@s, insinuando que no es suficiente.
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Ser ridiculizad@ cuando expresa emociones o necesidades.
Con el tiempo, el/la niñ@ empieza a creer que hay algo «malo» en él/ella, y esto influye en su autoestima y seguridad personal.
Manifestaciones en la Vida Adulta.-
Los efectos de la herida de humillación pueden extenderse a la adultez de diversas maneras. Algunas de las más comunes son:
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Vergüenza constante: Sentir que se es inadecuad@ o que se debe ocultar la verdadera personalidad para ser aceptad@.
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Dificultad para recibir críticas: Cualquier comentario negativo puede percibirse como una humillación y generar reacciones emocionales intensas.
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Miedo a exponerse: Evitar hablar en público o tomar riesgos por temor a ser juzgad@.
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Autocensura: Limitarse en las decisiones y acciones por miedo a equivocarse y ser ridiculizad@.
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Relaciones desequilibradas: Tolerar faltas de respeto o humillaciones para evitar el rechazo.
Ejemplos de la Herida de Humillación en la Vida Cotidiana.-
Voy a poneros varios ejemplos de cómo influye esta herida de Humillación en las diferentes etapas de nuestra vida:
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Niñez: Un niño que se ensucia jugando y es reprendido con frases como «pareces un cerdo». Esto puede desarrollar vergüenza por disfrutar actividades espontáneas.
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Adolescencia: Una joven que es ridiculizada por su familia cada vez que expresa sus emociones puede aprender a reprimir sus sentimientos.
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Adultez: Un hombre que fue avergonzado por su torpeza en la infancia evita participar en actividades nuevas por temor a ser juzgado.
¿Qué consecuencias tiene esta herida de Humillación en nuestra vida?.-
Aquí te nombro algunas de las consecuencias más comunes que podemos sufrir ante esta herida en los diferentes ámbitos de nuestra vida:
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Autoestima: Sentirse indign@ de reconocimiento o afecto, llevando a la autocrítica constante.
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Vida profesional: Evitar hablar en reuniones o postularse a mejores oportunidades por miedo a ser juzgad@.
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Relaciones interpersonales: Atraer relaciones donde se repiten patrones de humillación, o, por el contrario, actuar con superioridad para evitar sentirse vulnerable.
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Bienestar emocional: Aumento del estrés, ansiedad o depresión debido a la sensación de no ser suficiente.
¿Cómo superamos la Herida de Humillación?.-
Superar la herida de humillación es un proceso que requiere compromiso y paciencia. Algunos pasos clave incluyen:
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Identificar y aceptar la herida: Reconocer las experiencias que marcaron el miedo a la humillación.
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Reformular la autoimagen: Cambiar la percepción de un@ mism@, dejando atrás creencias limitantes.
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Poner límites: Aprender a decir «NO» y a defender la propia dignidad.
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Dejar de autohumillarse: Evitar comentarios negativos sobre un@ mism2 y practicar el autorespeto.
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Buscar ayuda profesional: Un terapeuta puede ayudar a trabajar traumas y creencias negativas arraigadas.
La herida de humillación puede influir en muchas áreas de la vida, pero no es una condena permanente. Con esfuerzo y conciencia, es posible sanar, recuperar la confianza en un@ mism@ y construir relaciones y experiencias donde prime el respeto y la autoaceptación. Nadie merece vivir con vergüenza de ser quien es, y todos tenemos el derecho de tratarnos con amor y dignidad.
Si te sientes identificad@ con algo de lo que has leido y necesitas ayuda y acompañamiento, no dudes en llamarme. Recuerda que no estás sol@ en este camino y que siempre que le pongamos consciencia y tiempo, podemos sanar. El Cambio se produce en nosotr@s mism@s.
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Gracias por leerme.
Alicia Manzano
www.aliciamanzano.com