¿Se ha acabado la monogamia en la sociedad actual? ¿Está la monogamia en peligro? Si esto es así, ¿por qué nos asusta tanto? Romper con las normas, con el orden ya establecido, es algo que parece que a los seres humanos nos cuesta una barbaridad hacer. Y es lógico. Nos gusta la comodidad. Es más fácil seguir unos patrones, hacer lo que los demás esperan que hagas y no romper las expectativas de nadie. De lo contrario, te encuentras con muchos más pasos a seguir: pensar por ti misma, salir del armario de lo normativo, comunicar que piensas diferente, hacer lo que cuadra más contigo, enfrentarte a los prejuicios del resto, …
Sin ningún ánimo de denostar la monogamia, ya que para mí es una forma más de relacionarse, en el artículo de hoy me gustaría que pensáramos un poco más allá. Me gustaría que nos preguntemos por qué hemos asumido la monogamia como la manera “correcta” de vincularse en pareja y, por ende, que pongamos sobre la mesa cuáles son las normas no escritas que la monogamia acarrea.
¿Por qué la monogamia?
Como decía, hemos asumido, en las culturas occidentales, que la monogamia es la única forma de relacionarse con una pareja y que todo lo que se salga de ahí resulta perturbador, vergonzoso o pervertido. Desde que nacemos nos enseñan que la única manera de tener pareja es con una sola persona (heterosexual, por supuesto), que es lo natural y que es lo que vas a desear. Cuando encuentres a tu media naranja solo vas a querer estar con ella y si amas a otra persona, es que no quieres a la anterior de verdad o no la amas lo suficiente. Como si el afecto y el amor fueran líquidos que se pudieran dosificar y que, por tanto, son finitos.
Cuando alguien o álguienes se plantean explorar otros tipos de relación u otros tipos de vida en lo que a vínculos se refiere, se topa con ideas ya preconcebidas que les bloquean. Ese bloqueo se debe a que no nos paramos a pensar de dónde vienen esas ideas: ¿dónde he aprendido yo que solo debo amar a una persona? ¿por qué pensamos que tener sexo solo con una persona es lo más válido y connota un amor más real? En el siguiente bloque, os cuento algunas de las normas no escritas (podríamos llamarlas también mandamientos) que hemos interiorizado sobre la monogamia. Os invito también a cuestionar cada una de ellas.
7 normas no escritas sobre la monogamia
- No mantendrás sexo con otras personas.
Únicamente con tu pareja, la que sea a la que hayas otorgado ese título. Si nos paramos a reflexionar, esta es la regla sobre la monogamia por antonomasia. Si ya hay sexo de por medio fuera de la relación ya no es monogamia, obvio, pero, tampoco damos cabida a que sea otro tipo de relación ética; lo llamamos infidelidad.
- Priorizarás a tu pareja por encima de todo.
Esto tiene que ver con el concepto de familia y matrimonio. La familia que se elige se supone que debe ser lo primero. La elegirás a ella por encima de tus amistades, antes que tu carrera profesional, antes que cualquier otra cosa. ¿No creéis que son este tipo de creencias las que hacen que una pareja caiga en la monotonía? ¿lo que hace que te agobies, lo cual la gente lo puede percibir como miedo al compromiso? No digo que ese miedo no exista, pero con creencias tan rígidas, ¿no creéis que es normal que la gente se sienta atrapada dentro de un vínculo?
- La pareja está para satisfacer todas nuestras necesidades.
En lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad. La pareja debe de estar ahí para todo. Cuando esto no ocurre, creemos que algo no funciona, que la relación no va bien o que nos hemos equivocado y que no es nuestra media naranja. Es lícito que tengamos necesidades (necesidad de comunicación, necesidad de afecto, necesidad sexual, etc.) y todas son válidas. Sin embargo, cuando nos empeñamos y cargamos a nuestra pareja con la tarea de satisfacer todas y cada una de ellas porque se supone que tiene que ser perfecta, normal que sintamos que algo no va bien. Lo más probable es que una sola persona no pueda con toda esa carga.
- No fantasearás con nadie más.
Me encuentro muchas personas monógamas que sienten una enorme culpabilidad cuando se descubren fantaseando con otras personas distintas a su pareja. Se dicen que no deberían hacerlo, cuando fantasear es algo que nuestra mente hace de manera inevitable, y no solo fantasías sexuales (pueden ser también románticas). “Si pienso esto es que, en realidad, no quiero a mi pareja”. Está bien revisar si con tu actual pareja estás bien o si la monogamia es lo que te cuadra a ti. Pero no uses las fantasías que tengas o dejes de tener como único criterio.
- No te gustará nadie más.
Si no solo fantaseas, sino que, además, también otra persona u otras personas te atraen, ahí ya sí que la has liado. Y ni hablemos ya de que se te ocurra flirtear o tontear con alguien. Eso será motivo de enfado y de conflicto (si tu pareja se entera). No me meto en si es correcto o no, o en si es para tanto o no. Lo que invito a reflexionar es si flirtear con alguien es algo que la monogamia prohíbe porque sí, o es algo que puedes llegar a acordar con tu pareja, si cada una de las partes está bien con ello. Al igual que fantasear no es desear, flirtear no tiene por qué ser cuernos si la pareja (monógama o no) así lo consensua.
- Te comprometerás.
Si eres una persona monógama, lo que se espera por tu parte es que cuando conoces a alguien que te gusta y quieres compartir tiempo en pareja, lo suyo es que ambas partes acabéis teniendo la etiqueta de “pareja”, “novios”, “novias”, “matrimonio” … Y eso conlleva una serie de derechos, pero, también, obligaciones. Además de las ya mencionadas, se supone que el objetivo de una relación monógama es que dure la relación lo máximo en el tiempo, acabando por compartir todas las áreas de su vida. Si no lo haces, es que no es amor del de verdad o que algo no funciona. Qué sorpresa. De nuevo, no digo que esto esté mal, pero a lo mejor existen vínculos que se configuran de otra manera en lugar de seguir el esquema establecido.
- Si la relación se acaba, buscarás otra.
Lo que sí está permitido y no tan penalizado socialmente es lo que se llamaría la “monogamia seriada”. Es decir, tienes exclusividad sexual y efectiva con la pareja con la que estás, pero nunca al mismo tiempo. Cuando acaba una relación, empiezas otra, pero siempre bajo esta misma regla. Para la monogamia y para nuestra cultura occidental, lo que es incorrecto es la infidelidad o establecer vínculos (aunque sean consensuados) a la vez.
Aquí puedes saber más sobre tipos de relaciones no monógamas consensuadas, para que entiendas a lo que me refiero:
Relaciones no monógamas: qué son y qué tipos hay.
Conclusiones.
Como veis, estas normas no escritas sobre la monogamia tienen que ver con el amor romántico. Este es el amor que está impregnado en nuestra cultura: en el cine, en la literatura, en el teatro, etc. Ese amor que hemos arraigado como el correcto. El amor verdadero. Si no funciona así, no es real. Si te sales de estas normas es que estás confundida, es que tienes un problema con el apego o es que tienes miedo al compromiso, entre otras creencias erróneas sobre el amor y las distintas maneras de establecer vínculos de pareja.
Diría que existe casi el mismo número de teorías que defienden que el ser humano es monógamo por naturaleza, como de teorías que defienden, con buenos argumentos, que el ser humano es no monógamo por naturaleza y que a monogamia es una construcción social y cultural. Si quieres saber más sobre el tema te recomiendo el libro titulado: “En el principio era el sexo” de los autores Christopher Ryan y Cacilda Jethá.
¿Buscas terapia de pareja no monógama friendly?
En mi consulta vienen parejas de otras terapias en las que no se han sentido a gusto cuando hablaban sobre su tipo de relación. Su terapeuta en ese momento tendía a patologizar lo que estaban haciendo o a juzgarlo sin querer. Es cierto que esto hay que evaluarlo. Si buscas terapia de pareja puede ser que creas que hay algo que no estás gestionando bien. En mis terapias, te guiaré y asesoraré sobre cómo gestionar tu relación no monógama. Puedes pedir cita pichando aquí.
Referencias bibliográficas
Taormino, T. (2008). Opening up: A guide to creating and sustaining open relationships. Cleis Press.
Ryan, C., & Jethá, C. (2011). En el principio era el SEXO. Los orígenes de la sexualidad moderna. Cómo nos emparejamos y por qué nos separamos. Paidós, Barcelona.
Easton, D., & Hardy, J. W. (2020). Ética promiscua. Melusina.
Rickert, E., & Veaux, F. (2021). Más allá de la pareja: Una guía práctica para el poliamor ético. Continta me tienes.