En todo viaje interior aparecen diferentes figuras que nos acompañan.
- La del sabio, alguien que con su ejemplo refleja lo verdadero, lo esencial, lo natural y auténtico.
- Los “maestros”, personas que vienen a mostrarnos: partes de nosotros que proyectamos, heridas que hay en nuestro interior, cosas que hemos de desarrollar, etc.
- La tribu, personas que también están haciendo su propio viaje y con las que compartimos parte del camino, ayudándonos mutuamente.
- El personaje (o ego): durante el viaje exterior el personaje lleva las riendas de nuestra vida y actúa sin que nos demos cuenta de sus tramas.
En el viaje interior, empezamos a tomar conciencia de este personaje, de la necesidad de ser vistos, ser amados, ser poderosos, ser valorados y de las estrategias que utilizamos para conseguirlo, así como las carencias que sintió nuestr@ niñ@ interior y que le hicieron ir a buscar fuera aquello que en realidad ya está dentro.
¿Qué pasa cuando nos da rabia que salga el personaje?
Pues que sentimos que estamos fracasando en nuestra intención de ser mas espirituales o mas conscientes, a esto le llamamos ego espiritual, otra forma de ego, en la que creemos que si consigo ser visto como alguien espiritual/consciente me siento mas valorado.
¿Que relación conviene tener con el personaje?
Inevitablemente el personaje va ir apareciendo durante el viaje, y es bueno que así sea, ya que nos va a permitir darnos cuenta de como funciona, porque cosas se ilusiona, se enfada, se entristece, que cosas pretende, cuales son sus apegos, etc. Y este material es buenísimo, porque cuando me voy dando cuenta del error desde el que funciona el personaje empiezo a liberarme de él.
Por ejemplo, si creo que para sentirme valorado tengo que gustar o ser admirado, y me doy cuenta del error que hay detrás de esta creencia y me doy cuenta experimentalmente de que la felicidad no depende de lo que los demás piensen de mí, sino que la felicidad es algo que brota de mi interior, y que es incondicional, poco a poco va a ir cayendo esta necesidad de gustar o de buscar que me admiren, y así vamos soltando el personaje.
A medida que vas conociendo al personaje, hay una fase importante en la que hemos de entrenar la acción sin pretensión, es decir, que en vez de actuar desde la trama del personaje, aprendamos a actuar con autenticidad y naturalidad, sin buscar ni querer conseguir nada del exterior, simplemente expresando nuestro potencial y venciendo las resistencias del ego.
El personaje se disuelve con conciencia y con amor, es necesario darse cuenta de la programación inconsciente y a la vez amar a nuestro niño interior que en su día se sintió rechazado, abandonado, ninguneado, desvalorado, etc. y que se vio obligado a adoptar una máscara que supuestamente le permitiera recuperar la grandeza y la felicidad con la que nació.
Descubre y ama al personaje.