La energía vital es esencial para nuestra vida diaria, y sin ella no podríamos avanzar ni estar motivados para conseguir nuestros objetivos personales y profesionales. La salud energética es el proceso de restablecer el flujo de energía a niveles óptimos, equilibrados y armonizados en todos los cuerpos, tanto a nivel físico, mental, emocional como espiritual.
La mayoría de la gente no se da cuenta de que, además de un cuerpo físico también tenemos un cuerpo energético y que ambos están totalmente relacionados. Esto provoca que en muchas ocasiones la sociedad intente comprender por qué le suceden ciertas circunstancias en sus vidas y descuida su energía, quedándose envuelta en la problemática diaria y olvidándose de lo primordial y esencial.
Cuidar de tu vitalidad es esencial pero, ¿QUÉ TE ROBA TU ENERGÍA?
En especial en tiempos de cambios o crisis, el cuidado de nuestra vitalidad es de suma importancia ya que puede bloquear tu proceso evolutivo en cualquier área de tu vida.
Si le añades la situaciones que se están viviendo actualmente a nivel mundial, como la pandemia del COVID-19, provocan en el ser humano una bajada de vibración y pérdida de rumbo, viendo la vida a través del miedo y la desesperación, lo que los ata mucho más a un callejón sin salida.
Además de las situaciones externas a las que nos enfrentamos, se sabe que una alimentación equilibrada es necesaria para gozar de un estado físico óptimo, pero existen factores mentales, emocionales e incluso energías ajenas a nosotros que también de una manera u otra nos afectan y nos desgastan, como los llamados ladrones de energía y/o vampiros energéticos.
Hay que ser consciente que ciertas actitudes nos roban energía y que podemos transformar para recuperarla ya que tendemos a modelar nuestro comportamiento según los patrones conductuales que hemos aprendido de nuestra familia y de la sociedad.
A continuación, te presento algunas de las actitudes más habituales que pueden afectar a tu energía:
Mantenerse anclado en el pasado, revivir sucesos una y otra vez sin aceptar que ya no pueden cambiarlos, lo cual provoca agotamiento emocional, agonía y sufrimiento consumiendo mucha energía.
Mantener un diálogo interno negativo, con pensamientos y creencias limitantes hace que no confiemos en nosotros mismo y nuestro potencial, que no nos sintamos merecedores y/o capaces de conseguir nuestros objetivos.
Ser muy perfeccionista y controlador, querer tenerlo todo bajo control en exceso, lo que acaba creando una sensación de inseguridad.
Querer complacer a los que te rodean, anteponer las necesidades de los demás a las tuyas propias, no atreverse a decir que no haciendo lo que otros les piden.
Mantenerse en la incertidumbre del futuro, preocuparse y rumiar en exceso y estar constantemente en lo negativo que puede suceder.
No tomar responsabilidad y consciencia, excusarte y actuar de víctima ante situaciones o problemas creando desesperación y estados que te desgastan.
Además de la actitud, existen energías adversas y bloqueantes que nos rodean y que pueden estar interactuando con nuestro campo electromagnético en mayor o menor medida y no somos conscientes de que también nos están afectando y robando energía.
Se trata de energías invisibles que pueden intensificar tus pensamientos negativos y emociones, bloquear el flujo energético en tus cuerpos provocando en tu día a día más confusión, malestares físicos, agitación, perturbación, amargura, falta de voluntad, entre otras.
¿Qué podemos encontrar en un campo energético bloqueado?
Interacciones con diversas entidades negativas, almas desencarnadas, parasitación, sistemas implantarios, encantamientos y hechizos, maldiciones, ataques psíquicos, radiaciones, fisuras, entre muchos otros y que además limitan la evolución de nuestro ser. Una vez que el campo energético quede liberado, sanado y armonizado, podrás trabajar con más facilidad con las emociones y la mente.
Algunos indicadores de falta de energía:
- Cansancio físico, mental y emocional
- Pérdida de la ilusión, sin ganas
- Desmotivación
- Te sientes apático
- Irritabilidad y/o con cambios de humor repentinos
- Sensibilidad emocional sin razón aparente
- Sin fuerza vital
- Malestares corporales
- No consigues lo que te propones
- Postergar las obligaciones
- Distracción y desconcentración
- Inquietud y confusión
- Padecer de estrés y ansiedad
Por todo ello; es importante aprender a cuidar de nuestra energía vital y tener en cuenta nuestro campo energético en todo momento.
HIGIENE ENERGÉTICA
Más de una vez te habrás preguntado qué hacer para recuperar energía, la ilusión de hacer cosas y entrar en estado de bienestar y felicidad, que todo lo que hagas tenga un sentido en tu vida y lograr tener esa fuerza vital necesaria para avanzar en tus cosas cotidianas.
Todo esto está bien pero cómo hacerlo…
¿Cómo puedes recuperar vitalidad y energía?
A continuación te presentamos algunas de las pautas que tú mismo puedes seguir y practicar para recuperar energía vital:
- Ser consciente de tu diálogo interno y mejorar el lenguaje externo. Confronta tus creencias limitantes y cambia aquellos patrones mentales que te generan inseguridades.
- Tomar responsabilidad de tus actos.
- Trabajar en tu autoconocimiento, toma consciencia de quién eres, de lo que deseas y de lo que te aporta felicidad. Aprender a amarte a ti mismo.
- Aprender a decir NO, a poner límites y posicionarse desde el amor, ya que no es necesario complacer a todo el mundo.
- Alejarse de las personas tóxicas, rodéate de aquellas que te aporten y te valoren, y con quien puedas aprender.
- Escucha e identifica tus necesidades, pensamientos y emociones. Es importante que identifiques lo que necesitas, aunque parezca obvio.
- Perdonar el pasado para conciliar contigo mismo y focalizar tus energías en el presente.
- Evitar el pensamiento anticipatorio, repetitivo y perturbador
- Practicar técnicas de relajación y de meditación, para vivir el presente y calmar la mente
- Descansar. Recuerda que la energía no es infinita, y que debemos descansar para poder recuperar fuerzas.
- Practicar deporte .
- Cuidar la alimentación y crear hábitos saludables.
- Buscar momentos para ti mismo, para el autocuidado, autoconocimiento y para realizar aficiones y actividades que te aportan bienestar.
- Evitar tiempos excesivos en redes sociales y dedicarlo a cosas más importantes.
- Cuidar la higiene energética es igualmente importante en el cuidado de la energía vital. Esto implica limpiar nuestra aura, pensamiento y emociones.
- También es recomendable evitar personas y lugares con energía negativa, ya que pueden afectar nuestro campo energético.
En resumen, cuidar de nuestra energía vital es esencial para nuestra vida diaria y nuestro bienestar emocional, mental, físico y espiritual. Debemos prestar atención a nuestras actitudes, comportamientos y pensamientos, identificar y alejarnos de las fuentes de energía negativa y adoptar prácticas de higiene energética para mantener nuestro campo energético limpio y equilibrado. Recordemos que nuestra energía vital es nuestra fuerza motriz y debemos hacer todo lo posible para cuidarla y cultivarla en nuestra vida diaria.