La vida de por sí busca expresarse y no ser contenida, busca fluir y generar nueva vida en el sentido más original y auténtico de la palabra. A raíz de esta fuerza creativa cuyo fin es expandirse para seguirse explorando, los hombres y las mujeres se ven impelidos/as a avanzar en una búsqueda u otra, cuya última finalidad es el sentido que la vida ha tenido para ellos/as. Cuestionarse el sentido de la vida es inherente al ser humano, siempre ha estado presente y lo ha impulsado generación tras generación a avanzar.
En el marco de esta evolución, de esta transformación, encontramos aquellos/as que buscan el sentido de la vida desde una perspectiva más íntima, podríamos decir que sagrada, pues para ellos/as su misión es crecer como Ser Humano en el sentido más loable del término para mostrarse con autenticidad ante cualquier situación que se les presente. Estos sinceros/as buscadores/as de la vida no dejan de explorar nuevos territorios, de ahí su valentía, pues están dispuestos/as a ofrecerlo todo a cambio de muy poco, sólo de un paso más en esa gran aventura que es conocerse.
La intimidad subyace entre las polaridades de lo interior y lo exterior, es como una barrera permeable que por ósmosis filtra su contenido en un sentido u otro, retiene o expande según la libertad que le ofrezcamos. Cuando esta se orienta al exterior es la vulnerabilidad la que se muestra, y desde este abandono, o rendición, nace la seguridad y la confianza desde donde se abren nuevas puertas que antes no podrían ni siquiera haber sido avistadas. Atreverse a cruzarlas, a ir un poco más lejos es entender que no hay distancia que separe dos puntos más allá de la intención y la voluntad. Es una fuerza, una certeza más bien, que arremete contra cualquier obstáculo.
La vida puede ser Vivida o Contenida, ¿cuál es tu elección?
Cuando la vida es contenida sólo es la pulsión de esta la que germina a la espera de florecer o marchitarse, y la diferencia reside únicamente en una decisión, en una toma de consciencia. Vivir es aceptar los riesgos como propios, y también ser consecuentes de lo que quiera que acontezca. Cualquier aprendizaje nos dará una nueva visión de la vida la cual nos situará en la posibilidad de tomar nuevos riesgos con más conocimiento de causa. Sólo puede equivocarse de camino aquel que toma alguno, y siempre a base de recorrerlo acabará por encontrar el que le estaba esperando desde el principio.
La vida premia a los valientes, pero no siempre como podemos pensar, desde un punto de vista material. La vida premia a los valientes porque les da algo que sólo puede aportar la experiencia, la vivencia… les da entendimiento, y con el tiempo sabiduría. Ese tipo de discernimiento que no se nutre de la acumulación de saber sino por su más profunda comprensión y orientación hacia percibir la realidad desde el lugar que emana, sin filtros, lo cual implica un cambio de mirada que va más allá de lo que el sentido de la vista permite comprender. Una mirada atenta, enfocada, trabajada que sobrepasa las formas, pues estas son las que nos facilitan ver un mundo deformado bajo la óptica de nuestras suposiciones, de nuestras expectativas, de nuestras proyecciones y de nuestras esperanzas.
Siempre hay oportunidades, ¿estás preparado/a para aprovecharlas?
La vida nos da continuamente oportunidades para darnos cuenta de aquello que la obstaculiza, aquello que no le permite avanzar y florecer. A menudo la enfermedad suele ser una de estas oportunidades, cuando el alma acaba sometida al yugo del cuerpo no sólo en el sentido material sino en el personaje que lo conforma y que se ha construido en base a nuestras decisiones, nuestra actitud de cada día, pero también lo son nuestras relaciones personales, de pareja si se da el caso, de trabajo, de familia, y un largo etcétera. Todos/as sabemos aquellos aspectos de nuestra vida en los que brillamos, en los que nos sentimos plenos, y por el contrario también sabemos muy bien aquellos que constantemente nos muestran una faceta de nosotros/as con la que no nos identificamos, aunque convivimos con ella.
Atreverse a mirar esta última a la cara, en definitiva a mirarse en el espejo y tomar una decisión es tan complejo y sencillo al mismo tiempo como puede ser respirar. Cada alma, cada ser humano tiene su momento, su punto de maduración, y como las olas aparece cada cierto tiempo generando nuevas oportunidades para nosotros/as, para generar oxígeno allí donde falta. Reconocer las señales, tomar consciencia, y atreverse a avanzar es de valientes, porque lo que hay más allá es sólo el abismo. Cualquier ascenso requiere de un movimiento previo de caída, de rendición, de soltar aquello que te mantiene con la cabeza tan alta y erguida que te impide ver el terreno por el cual tus pies intentan caminar. Sólo bajando la mirada hacia el suelo te permite escalar la montaña más alta que avistabas desde tu altivez y que nunca podías alcanzar.
¿Qué es para ti la valentía? La fragilidad como oportunidad de cambio
Sé honesto/a contigo mismo/a y acepta que la vida tiene tantas caras como quieras mostrarte, pero sólo hay una que conecta definitivamente con la vida, con esa unidad, con esa fusión con todo lo que acontece que te hace esbozar una sonrisa por el simple hecho de sonreír. Despojarse de las creencias, de las expectativas, de los juicios, es darte cuenta que los límites están dibujados con tiza, y que los puedes redefinir tantas veces como quieras, según tu voluntad de aventurarte en terrenos desconocidos, de explorar nuevas realidades y de aquí rejuvenecer tu mente creando nuevas conexiones, nuevas posibilidades que siempre estuvieron allí, pero que ahora pueden ser enfocadas y por tanto alcanzadas y vividas.
Sé valiente y da un paso adelante en cualquier dirección, quizás buscando aquello que quieres acabes hallando lo que realmente necesitas para ser feliz, para que tu alma habite en paz tu cuerpo y que la Vida en plenitud y abundancia sea su expresión cotidiana en ti desde la autenticidad, desde el principio de coherencia entre lo que muestras y lo que sientes, haciendo de lo interior y lo exterior un Único Tú, en Unidad con la Vida. No te preocupes si ahora no es tu momento, tendrás tantas oportunidades como necesites porque su principio es generador, siempre estarás a tiempo para redefinirte, para alcanzar a comprender aquello que la vida te ha expresado una y otra vez con las experiencias que te ha ofrecido. Un instante de comprensión puede dar sentido a toda una vida. Da sentido a toda una vida.
Desde la Programación Neuro Lingüística (PNL) se habla del concepto de eliminación: de todo lo que vivimos registramos sólo una pequeña parte, aquella que es más relevante para nosotros/as, a la cual accedemos luego como recuerdos y que conforma el mapa de nuestro mundo, nuestro mapa particular de la realidad, aunque sea limitado y no corresponda al territorio, la realidad misma. Cuando por un instante accedemos a un estado de fusión con la vida, de unidad, de no dualidad… se crea un estado que la mente no puede procesar y por ello sobrepasa cualquier recuerdo o formato limitado de la experiencia. Por este motivo querría concluir con un principio: aunque quizás aún no te reconozcas, te reconozco porque formas y eres parte de mí como yo de ti. Por ello te querría decir a ti, que estás leyendo este artículo, ¡Te Quiero!