¿Has llegado a pensar que nunca recuperarás el control? ¿Que estás condenado a no poder recuperar tu vida?
El cerebro a punto de estallar, el cuerpo lleno de tensiones incontrolables y una tortura mental de pensamientos que desbordan, donde todo es preocupación y un miedo que roza el pánico de forma constante. Todo sin parar, sin ninguna tregua que permita coger aire, nos hace pensar que nunca recuperaremos el control y que estamos condenados a no poder recuperar nuestras vidas. Así es como yo viví mi Trastorno Obsesivo Compulsivo y mi Trastorno de Ansiedad Generalizada desde que me lo diagnosticaron a los 18 años.
En un Trastorno de Ansiedad (incluyo al TOC dentro de esta categoría) se tiene la convicción, en la que se basa la psiquiatría y psicología tradicional, de que todo es causa de un mal funcionamiento y un desequilibrio en los neurotransmisores cerebrales, ya sea la dopamina, serotonina, adrenalina, etc. Aquí es donde aparece la farmacología que no hace más que cronificar sin poder romper ni salir de ese bucle de sufrimiento, unos días más intenso y otros menos.
Esto se puede considerar una verdad a medias, aunque importante en la manifestación de la sintomatología, y con una solución que sólo es un parche. Lo que pasa es que este desequilibrio en el funcionamiento cerebral no está en el origen del trastorno y entonces es imposible que exista una recuperación total, ya que sólo estamos contemplando una parte del trastorno sin verlo en su globalidad.
El origen se encuentra en un estrés mental muy elevado durante demasiado tiempo por conflictos sin resolver (traumas, impactos, herencia-transgeneracional, etc.) que conservan una alta intensidad emocional y que se continúan manifestando, y afectando, aunque sea de forma inconsciente. Es esta alta intensidad emocional que todavía conservan la que hace que continúen presentes en nuestro inconsciente y que, sin darnos cuenta, continúen dirigiendo nuestra vida.
Además, a este estrés mental inconsciente, le tenemos que sumar el estrés que nos produce sufrir el trastorno, lo que nos decimos cuando sufrimos sin parar y no conseguimos entender nada de lo que nos pasa y que nos mantiene prisioneros en una jaula que sólo nosotros podemos ver. Este estrés añadido es el que va alimentando el trastorno y nos mantiene en ese bucle que parece que nunca podremos romper.
Aquí es donde entra QILIMBIC como la mejor herramienta para dar un paso más profundo y conseguir liberar y reestructurarnos, desde lo más interno a lo más superficial, para conseguir una nueva vida. Con QILIMBIC atendemos todos estos conflictos inconscientes que continúan dominando nuestra forma de actuar y liberando esa alta intensidad emocional, que los mantiene atrapados y sin solucionar, podemos hacer que pasen a ser recuerdos inofensivos para nuestro equilibrio mental.
Así, poco a poco, atendiendo las distintas partes que mantienen activo el problema podemos ir deshaciendo el trastorno desde su origen y asegurar que éste quedará totalmente resuelto y sin la posibilidad de que se vuelva a despertar. En esta reconstrucción, siempre con QILIMBIC, es donde vamos conectando con quien realmente somos en esencia y recuperamos el poder que un día pareció desvanecerse, volviendo a ser dueños de nuestra vida y sintiéndonos libres de esa jaula que tanto dolor y sufrimiento nos causó.
Y, aunque pueda parecer una teoría más, esta es mi verdad más absoluta porque la he vivido y sentido así en lo más profundo de mi ser. Este ha sido el único camino que ha conseguido que pudiese recuperarme a mí mismo y poder vivir de nuevo en armonía.
Vivir este proceso ha sido la experiencia más fabulosa de mi vida y te invito a que te des el permiso y la ocasión de poder vivirlo en tus células para poder comprobar que lo que digo, y afirmo con tanta rotundidad, no es más que recuperar la coherencia entre tu cuerpo-mente a través de tu rico campo emocional.
¿Te atreves?