1- Primero compararemos el aceite de oliva con el resto de los aceites vegetales.
Los aceites vegetales de girasol, de maíz, de palma, de soja, etc., por el tipo de insaturaciones, son más inestables al calor y al oxígeno, se oxidan fácilmente y pueden aumentar el “estres oxidativo” en nuestro cuerpo. (Si bien, al comer frutos secos, semillas o pescado, los ácidos grasos están inmersos en el propio alimento y protegidos de la oxidación, por lo que no ocurre este problema).
El estrés oxidativo se produce por un desequilibrio entre la producción de especies reactivas del oxígeno causada en parte por la oxidación de moléculas y la capacidad de nuestro organismo para desactivarlas y reparar el daño resultante.
El estrés oxidativo crónico provoca daños en nuestras células y en nuestro ADN pudiendo ocasionar más de cien enfermedades, como la aterosclerosis, Parkinson, Alzheimer, Sensibilidad Química Múltiple, encefalopatías, envejecimiento precoz y distintos tipos de cáncer, como cáncer de pulmón, de colon, de mamas, de próstata…
En cambio el aceite de oliva, gracias a sus ácidos grasos monoinsaturados y sus antioxidantes, es mucho más estable y resistente a la oxidación y no eleva el estrés oxidativo.
2- En segundo lugar, hablaremos de los Omega 3 y los Omega 6 presentes en los aceites vegetales. Existen dos tipos de grasas esenciales: «esencial» quiere decir que no podemos sintetizarlas y tenemos que consumirlas mediante los alimentos.
- el ácido linolénico u omega 3, presente en nueces, semillas de lino, pescado azul, marisco, etc.
- el ácido linoleico u Omega 6, presente en los otros aceites vegetales.
Ambas grasas son muy necesarias para nuestra salud, intervienen en varios sistemas de nuestro organismo, pero sí o sí deben conservar un equilibrio entre ellas. Lo óptimo es de respetar un ratio de aproximadamente 4 partes de Omega 6 y una parte de Omega 3. Es decir: 4/1.
En los alimentos ultraprocesados se llega a proporciones superiores a 16/1 o incluso más. Este desequilibrio puede causar una inflamación en nuestro organismo. Una inflamación que al no ser «aguda», nosotros no sentimos, ni dolor, ni molestias inmediatas. Sino que se trata de una inflamación crónica o “de bajo grado” que ataca lentamente a nuestro cuerpo y su efecto negativo se percibe con el paso de los años.
Un exceso de ultraprocesados en nuestra dieta hace que nuestro sistema inmune fabrique más citoquinas de lo necesario, provocando esta inflamación y desequilibrando nuestras funciones biológicas. Necesitamos un equilibrio en la ingesta de los Omega 3 y omega 6 para mantener una buena salud y lo podremos conseguir evitando los alimentos ultraprocesados.
Distintos estudios muestran que altas concentraciones de omega 6 se asocian con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad, mientras que el omega 3 disminuye la formación de grasa por parte del hígado.
Otros estudios muestran que un déficit de ácidos grasos Omega 3 provoca problemas en el cerebro, como pérdida de memoria, dificultades en el aprendizaje, aumento del envejecimiento cerebral, riesgo de depresión y suicidios y se altera también el metabolismo de los neurotransmisores. (El déficit puede producirse ya que ambas grasas compiten por ingresar en las membranas de nuestras células y al existir mucha mayor cantidad de omega 6 esperando ingresar, puede que el omega 3 que ingrese no sea el suficiente).
Es así entonces, que consumir las grasas equivocadas está relacionado con que el 80% de los españoles sufran algún tipo de ansiedad o depresión…
3- Por último, pero no menos importante, vamos a hablar de los aceites refinados.
Son aceites de semillas o frutos, que se obtienen a través un proceso de extracción, mediante disolventes. Y luego es necesario ser sometidos a un proceso de refinación, para quitarlos antes del consumo. Está refinación sigue ciertos procesos como: deslecitinación (se eliminan los fosfolípidos), desgomado (se eliminan las proteínas y los carbohidratos), desacidificación (se quitan los excesos de ácidos grasos libres), blanqueo (se eliminan pigmentos (clorofilos, carotenoides), productos de autooxidación y restos de jabones alcalinos, sustancias muclantes, parte de compuestos no ponifibles y metales pesados), desodoración (eliminación de sustancias aromáticas) e hibernación (refrigeración lenta (2-12º C) para eliminar sólidos que se precipitan por filtración.
Los disolventes utilizados en estos procesos como el hexano son tóxicos. Su efecto tóxico se debe a los productos de su metabolización, que reaccionan con algunas aminas esenciales para el funcionamiento de las células nerviosas. Por lo tanto, son neurotóxicos. Además, posee un potencial peligrosamente adictivo.
4- Los 10 Efectos beneficiosos del aceite de oliva
- Produce un efecto de contracción de la vesícula biliar que dificulta la formación de cálculos.
- Facilita la absorción de minerales como el calcio, hierro, zinc o magnesio.
- Reduce el colesterol total y además ayuda a mantener o elevar la fracción de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) del colesterol sérico (el llamado colesterol bueno).
- Su contenido de antioxidantes confiere una mayor resistencia a la oxidación de las lipoproteínas de Baja densidad in vitro que los aceites poliinsaturados.
- Es hipoglucemiante
- Hay evidencias que muestran que reduce también la agregabilidad plaquetaria.
- Actúa como hipotensora.
- Es un alimento rico en antioxidantes como la vitamina E y betacarotenos (precursores de la vitamina A).
- Por su tipo de grasa vegetal (73 % de ácido oleico) que al ser monoinsaturado se le confieren propiedades cardioprotectoras.
- Este alimento representa un tesoro dentro de la dieta mediterránea, y ha perdurado a través de siglos entre las costumbres gastronómicas regionales, confiere tales platos un sabor y unos aromas únicos.
Ingesta diaria recomendada: 30-40g de aceite.
Elijamos entonces, sin dudas, el aceite de oliva virgen extra (es la que está sin refinar),
tanto como aderezo, como para freír. Para evitar tanto los tóxicos del refinado, como la inestabilidad que produce estrés oxidativo que daña nuestro organismo.
Bibliografía
Libro: “Come Comida Real”. Autor: Carlos Ríos
MUY IMPORTANTE!
Toma hoy la decisión de incorporar a tu organismo solamente grasas saludables.
Y esto incluye, además de evitar los alimentos ultraprocesados, elegir como aceite que utilizamos en nuestra cocina, el ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA