El apasionante mundo de las “creencias”, van a generar en nosotros compartimentos o cajas sobre la manera de entender la vida. Os habéis preguntado alguna vez cómo las creencias se convierten en barrotes que nos limitan tanto en el pensamiento, como en las decisiones que tomamos, como el rumbo en nuestra vida… ?
Este tema me apasiona porque cuando somos capaces de cambiar una creencia, la sensación es como salir de un lugar cerrado al aire libre, imaginad el simil… o como cuando te quitas una prenda de ropa muy apretada… pues esa es la sensación; de liberación absoluta.
Si os interesa este tema, os animo a seguir leyendo. Empezamos…
Las creencias son aquellas construcciones mentales que hacemos para entender el mundo y para movernos en él. Se forjan a lo largo de los primeros años de nuestra vida, y están construidas por todas las experiencias e imputs que vamos recibiendo. Muchas de estas creencias se forman en la edad temprana de los 0 a los 7 años, y quizás os preguntaréis ¿pero, si somos niños cómo es posible que a esa edad edad tan temprana formemos creencias? Pues os explico, imaginaros que a una niña le han dicho muchas muchas veces, que no sirve para nada. Cada vez que algo le sale mal, su mamá o su papá le repite “no sirves para nada”, quizás añadido a coletillas de eres tonta, eres una inútil, etc. Y ten en cuenta que esa niña no tiene la capacidad de reflexionar sobre si misma, primero porque no tiene la personalidad formada, y segundo porque a esas edades, no tenemos capacidad de reflexión y razonamiento como un adulto. Esa niña se tragará literalmente lo que le repiten continuamente, porque quien se lo está diciendo son sus referentes, y no tiene motivo para no creerse lo que le dicen. Cuando esa niña pase a la adolescencia, será ella misma la que se repita que no sirve, que es una inútil, perpetuando así lo que le vino dado.
Que esta creencia no se instale definitivamente, dependerá de varios factores: si tiene grupo de iguales que la valoran y que le hacen refuerzo positivo o por el contrario la menosprecian, si por la edad que tiene es capaz de empezar a hacer reflexión sobre si misma y sopesar que hay de verdad o no en esa creencia, si saca buenas notas en los estudios o no, etc.
De adulta, esa mujer, dependiendo del proceso interno que haya hecho, de si es consciente del tipo de creencias que tiene (limitantes o potenciadoras), si las ha pasado por su propio discernimiento, si ha hecho un trabajo personal de autoconocimiento, podrá validarse a si misma y a esa niña para cambiar esas creencias por otras que tengan más sentido con su ser y cuadren más con lo que es en si misma.
Pero lo triste es que muchas personas no hacen todo este proceso, y asumen que las creencias son propias, inamovibles y estáticas. En cambio, la realidad es otra bien diferente. Y ahí está la magia, en que todo es posible, en que el poder está dentro de ti y que si dices “yo puedo” vas a poder cambiar lo que ya no te sirve.
Y ahora te invito a una reflexión, imagínate que tus creencias están en una caja, allí donde guardas cosas antiguas, y decides un día, dedicarte a mirar una a una todas esas creencias.
Qué preguntas podrías hacerte:
1. ¿Desde cúando tengo esta creencia en mí?
Seguramente se instaló en la niñez a causa de los imputs que te iban llegando y que tomaste sin masticar. Sin embargo, es bueno que lo lleves a tu parte consciente.
2. ¿Tiene relación con alguna creencia familiar?
Si es así; te aseguro que no es tuya, por lo que la puedes soltar. Sí; esto es posible.
3. ¿Viene de algo que me dijeron reiteradamente?
Recuerda esos mensajes repetitivos que te decían continuamente y que posiblemente los recibías con dolor o pesar.
4. ¿Me sigue valiendo esta creencia o por el contrario me limita?
Esta es una reflexión importante, porque a través de la misma podrás descartar o reformular tus creencias.
5. ¿Podría encontrar y sustituir esta creencia por otra que tenga más sentido con mi momento vital?
Algunas de esas creencias te será fácil verlas y transmutarlas. Otras, te será más complicado porque están conectadas con heridas de autovaloración o de autoconcepto, por lo que para estas te invito a dejarte acompañar para mirarlas. Muchas veces sus raíces están ancladas en el inconsciente, y para eso es necesario que alguien te acompañe a abrir esa parte. Ten en cuenta que somos un 15-20% de parte consciente, y el resto ese 80-85% pertenece a esa parte inconsciente que funciona sin que tú la controles ni domines. En ese lugar, se esconden la mayoría de nuestras creencias.
Recuerda, cuando liberas una creencia se hace la luz y entra aire fresco en tu vida.