Prepararnos para las nuevas experiencias, acontecimientos o encuentros puede hacer la diferencia
Toda experiencia, acontecimiento o encuentro implica una conexión emocional, para ello, debe haber un deseo de interacción o iniciativa y, por supuesto, receptividad.
Imaginemos que los encuentros son como una danza, en la que ambas fuerzas, iniciativa y receptividad se alternan continuamente. En el proceso de interacción somos emisores y receptores al mismo tiempo. Improvisar es muy adecuado porque es auténtico, pero para sentir la confianza necesaria para hacerlo, es muy recomendable liberar antes ciertas tensiones que, puedes no notar, pero ahí están.
Meditar de manera dinámica te libera de las tensiones más emocionales, con carga de ira, por ejemplo (sobre todo si dejas ir la voz o los gestos más espontáneos) y la meditación estática es la manera de trabajar las más profundas. Si lo haces con anterioridad a un encuentro importante, sentirás cierto equilibrio y confianza para abrirte a la nueva experiencia.
¿Cómo meditar?
- Empezar a hacerlo sin juzgarte. No existe una forma correcta o incorrecta de meditar, cualquier persona puede hacerlo adaptándose a su estilo de vida, costumbres y rutina. Es una actividad simple y económica, que no requiere ningún equipo especial. Es normal que al principio tu mente divague y te cueste, pero no te juzgues. Si nunca antes has meditado, te recomiendo las meditaciones guiadas, que te conducen a lo largo del proceso.
- Ubicarte en una posición cómoda. Puedes practicar la meditación sentado/a, acostado/a, caminando o durante actividades. La comodidad es importante para aprovechar al máximo tu meditación y en todo momento intenta adoptar una buena postura.
- Concentrar la atención. Enfocarte en un objeto específico, una imagen, un mantra o incluso en la respiración, es uno de los elementos más importantes de la meditación, puesto que ayuda a liberar tu mente de pensamientos caóticos y preocupaciones.
- Hacerte consciente de tu respiración. Observar tu respiración ayuda a fortalecer la conexión mente-cuerpo. En general, durante la meditación se busca que las respiraciones sean profundas y que haya mayor flujo de oxígeno en el cuerpo.
- Buscar un espacio libre de interrupciones. Busca un sitio en el que tengas oportunidad de concentrarte en ti durante unos minutos. Al principio te será útil buscar el silencio, con la práctica podrás meditar casi en cualquier lugar: en tu casa, en la calle o en el parque si das un paseo, en la playa, en el autobús, cuando esperas en el consultorio del médico o incluso en medio de una reunión de trabajo. Si se trata de una meditación dinámica, es importante que estés en casa o en un sitio con cierta privacidad, ya que levantarás los brazos, te moverás y harás ruido.
- Abrir un espacio en tu agenda. Dedica un tiempo (tan corto o tan largo como te lo permita tu disponibilidad) para meditar en cualquier momento del día, antes de levantarte de la cama, al mediodía, en la tarde o antes de dormir. Puedes meditar de manera tan formal o informal como quieras.
Meditación de 12 minutos para ganar confianza: prepara tu cuerpo y mente para un encuentro importante
Esta meditación está pensada para que la realices antes de un encuentro importante o acontecimiento, allí donde te vas a vincular con otras personas, por ejemplo, un encuentro íntimo. El audio consta de dos partes, la primera, dinámica, te servirá para eliminar las tensiones más superficiales, la segunda parte, en posición sentada, es una propuesta para escuchar tu cuerpo en absoluta presencia y rectificar aquello que sea necesario. El final de la meditación queda abierto para que tú decidas cuando quieres terminar y conectes con tu propio estado de receptividad.