Según el RAE, emoción es:
Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.
Al leerlo nos damos cuenta que estamos sumidos en este estado, ¿cada cuánto?, ¿a diario?.
Las emociones son parte de nosotros, al igual que respiramos, comemos, dormimos.
Nos movemos, nos impulsamos a través de las emociones. Elegimos hacia donde ir o no ir, con quien tratar o no. Elegimos siempre que podemos.
Pero en muchas ocasiones no podemos adelantarnos a los hechos, no podemos evitar los impactos, los sucesos.
En muchas ocasiones la alteración del animo es intensa, penosa y provoca cierta conmoción somática durante mucho mas tiempo del que nos gustaría
Incluso es posible que se ancle, que pueda llegar a ser parte de nosotros sin que nos demos cuenta de que está ahí, condicionándonos hacia donde ir o no, con quien tratar o no. Es posible que se ancle cambiando lo que hasta ese momento era lo “normal” para nosotros.
Llevo muchos años tratando “las emociones” o mejor dicho como esas emociones cambian/condicionan a la persona.
Los estados anímicos varían, nos enfadamos, alegramos, preocupamos, celebramos, tememos, sentimos pena, sentimos en ocasiones que algo se “rompe” o que nos “come” por dentro. Oscilamos arriba y abajo. Y todo esta bien, siempre y cuando volvamos al equilibrio despues. Siempre que sea algo temporal.
Pero a veces no es temporal, en ocasiones se queda dentro, no con tanta intensidad como cuando llegó, pero está ahí, despertándose en ciertos momentos, haciéndonos recordar, avisándonos que o no hacer, condicionando nuestros actos. Y la portamos durante tiempo…. Con suerte poco, por desgracia el resto de nuestras vidas.
Decimos que somos lo que somos por lo que hemos vivido, aprendido, ….. PERO …………… ¿Cuántas cosas no hemos podido ser por las barreras que hemos construido a nuestro alrededor haciendo caso a esas Emociones / Memorias Atrapadas que llevamos con nosotros?
Cada una de nuestras vivencias deberían resultar un aprendizaje, pero a veces Suspendemos y no nos presentamos en Septiembre (bueno , ahora es Junio). Acumulamos suspensos que no queremos reconocer como tal, que aceptamos como un nuevo inquilino porque estamos convencidos que no podemos hacer nada, que es lo que tenemos que hacer. Acumulamos y aprendemos a vivir en soledad, con el dolor y la duda, viendo como posibilidad, oportunidades, abrazos, y Dios sabe cuantas cosas mas pasan por nuestro lado, casi rozándonos, pero sin quedarse, sin llenar nuestros días. Vemos como eso que ansiamos le sucede a los demás.
Eso que un día fue una emoción que tendría que ser algo pasajero hoy es una MEMORIA que portamos como nuestra mano derecha o el dedo anular del pie izquierdo.
Esa MEMORIA que pensamos que está donde tiene que estar, tenemos la posibilidad de apartarla, sanarla, dejarla donde tendría que haber quedado, en el pasado, y recordarla como una situación mas que nos ayudó a superar, a cambiar, a aprender en lugar de ser la que nos coarta o castra.
MEMORIAS que generan dolores o enfermedades, que no nos permiten ver las cosas como en realidad son, MEMORIAS que en lo mas profundo de ti sabes que no tienen que estar ahí.
Liberar estas memorias es posible, ¿quieres saber cómo?