Estamos de vuelta de vacaciones, todo empieza de nuevo, de hecho, no terminó solo fue una pausa y ahora me doy cuenta de que ello era una mera ilusión.
Mi historia que no difiere de la de muchas personas
Al inicio de curso, empiezan mis propósitos como si de año nuevo se tratara.
«Ahora en septiembre, iré al gimnasio seguro, seré mejor madre, jugaré más con mis hijos (soy buena madre pero siempre se puede ser mejor ¿verdad?) y les prepararé un desayuno súper saludable, llegaremos siempre puntuales al colegio y por ello tendré preparada toda la ropa el día anterior, haré la limpieza con un planning, regaré las plantas (eso es más difícil para mí)».
Vaya, que empiezo mi lista de propósitos más o menos hacia finales de agosto y la segunda semana de septiembre o estoy estresada o contracturada o las dos cosas.
Porque la presión que me pongo frente a estas auto-exigencias me estresan a mi misma.
Nuevo curso, nuevas decisiones
Este curso, por ello, he decidido ser más amable conmigo misma, menos perfecta, es decir, el desayuno ya es saludable, la ropa si total luego cambio de opinión cada mañana, y claro que si, ¡he decidido ser menos perfecta!
Ser humana cometer fallos y salir poco conjuntada, ir al gimnasio para estar en la ducha la mayor parte del tiempo, ¡porque me lo merezco! La limpieza de casa es importante pero también lo es salir de trabajar y leer un libro, pasear o quedar o intentar quedar con amistades, que seguramente están intentando hacer ese esfuerzo de inicio de curso y no tienen tiempo para un café o té.
Mi consejo de inicio de curso es: ¡Sé humana! ¡Sé imperfecta! ¡ Sé feliz!
Bienvenidas a este nuevo curso.
Este artículo está en femenino por que me salió del corazón; sin embargo, lo recomiendo también a todo hombre que este en este momento intentando dar al mundo una versión irreal, estresada y auto exigente de sí mismo.
Los retos son importantes y podemos conseguirlos y mejorar cada día.
Ser menos perfecto y más humano no significa en ningún momento soltarnos a la desidia ni dejar de intentar «Ser nuestra mejor versión», como dice el Dr. Dispenza.
Ser menos perfecto y más humano, para mí significa:
- poner menos presión,
- menos perfeccionismo,
- no querer imitar a ninguna película o amiga/o perfecta/o que tenemos alrededor,
- ser más auténticos no solo con los demás sino con nosotros mismos,
- ser más sinceros,
- aceptar que la imperfección es humana y que es posible que la energía de nuestro cuerpo esté distinta cada día
Os propongo aceptar que el estado emocional sea distinto y por ello adaptar nuestro día a día a nuestro ritmo y no a los objetivos diarios que nos hemos auto-impuesto, porque ello nos hace desistir o estresarnos, para luego frustrarnos de no conseguir mantener el ritmo o decirnos aquello de ¡qué poco constante soy!
!Pues no!, eres constante y eres humano/a. Esto es una carrera de fondo, amigos, ¡Vamos a por ella!
Si tienes dudas, me gustaría leerte en los comentarios.