Cuando llega el momento de la vuelta al instituto pienso mucho en mis pacientes adolescentes, a ellos quiero hablarles en este artículo. Son muchos los adolescentes con los que he trabajado y trabajo y, debo confesar, que es una de mis etapas favoritas de la vida. Por lo general, las edades comprendidas entre los 12 y 16 años (aunque cada vez la adolescencia empieza antes), son complicadas, los adultos olvidamos que también pasamos por ahí y pretendemos que nuestros hijos adolescentes razonen de la misma forma que lo hacemos nosotros o que esperamos de ellos. Porque claro, parecen tan maduros para algunas cosas y luego para otras no hay quien los entienda…Y a mí me encanta como lo define mi admirado Rafa Guerrero, “el cerebro de un adolescente es como un sistema operativo reiniciándose”. Saquen sus propias conclusiones.
Existen tantas formas de afrontar la vuelta a la rutina como personas, pero una realidad es innegable (aunque miremos hacia otro lado): Hay muchos adolescentes que sienten pánico a ir al instituto y es necesario que el mundo adulto les dé credibilidad y les tienda la mano que necesitan en lugar de reducir todo a un “qué mala es la edad del pavo”.
A ellos, a mis adolescentes que sufren, casi siempre en silencio, me dirijo con estas recomendaciones:
1.-Identifica tus preocupaciones: Haz una reflexión y anota qué te preocupa específicamente de la vuelta a las clases. ¿Preocupaciones sociales, académicas, ambas?
2.- Habla sobre cómo te sientes: Expresar cómo te estás sintiendo con alguien que te haga sentir seguro puede aliviar esa emoción. Recuerda que las emociones que intentamos callar buscan la manera de expresarse.
3.- Divide tus objetivos: Plantéate metas alcanzables, divídelas en corto y medio plazo y haz un registro de aquellas que vayas consiguiendo.
4.- Planifica con antelación: No esperes que tus padres organicen todo lo referente al instituto, tú puedes encargarte de materiales, horarios y tareas, esto te hará sentir autónomo y te aportará seguridad.
5.- Aprende técnicas de respiración: Incluye técnicas de manejo del estrés en tu rutina diaria, así sabrás utilizarlas mejor cuando sea necesario.
6.- Crea una red de apoyo: Piensa a quien te puedes dirigir en cada momento en caso de no poder gestionar el estrés por ti mismo.
7.- Recuerda tus fortalezas: Enfoca tu atención a tus logros del pasado, has sido capaz de superar muchas dificultades con éxito, no te centres en lo que no has conseguido.
Acepta que sentir miedo ante los cambios forma parte de la vida y del crecimiento personal. Poco a poco encontrarás tu propia manera de lidiar con tus temores y afrontarlos. Si sientes que, en este momento, no puedes hacerlo por ti mismo, pide ayuda, busca apoyo antes de que la situación se vuelva más compleja.