Hace poco hablé de las necesidades relacionales o de lo que necesitamos que se den en nuestros vínculos con otras personas para vivirlos con satisfacción y bienestar. En ese artículo, hablé de las características de las relaciones, que todas son válidas y qué pasa cuando esas necesidades que todas las personas tenemos no son cubiertas en nuestros vínculos.
Necesidades relacionales: ¿qué son y cómo hacer que una relación funcione?
En el artículo de hoy, si te cuesta identificar cuáles son tus necesidades dentro de una relación, me gustaría iluminarte un poco. A mí, personalmente, la clasificación que más me gusta es la que hace Richard G. Erskine en su libro “Más allá de la empatía”. Este autor es uno de los padres de la terapia integrativa, desde la cual, nos plantea un enfoque más allá de la terapia conductista clásica o de las terapias contextuales. Pone el foco, en el contacto con el otro, un contacto reparador y profundo, desde el que se puede aprender a observar, escuchar y sintonizar con el otro.
Las 8 necesidades relacionales de Erskine.
Erskine nos habla de ocho necesidades relacionales, que son:
- Seguridad.
En una relación es importante sentir que estamos a salvo. Esto quiere decir que cuando estamos con alguien hemos de sentir la tranquilidad de que podemos ser nosotras mismas, que podemos mostrar vulnerabilidad y que podemos actuar sin temer que nos abandonen o nos pierdan el respeto. Poder bajar la guardia es una señal de que tenemos seguridad en la relación. La seguridad es algo que se va generando con el tiempo cuando comenzamos a conocer a alguien.
- Valoración.
Es necesario que, en un vínculo, se nos considere una persona valiosa. Resulta obvio decirlo, pero es una necesidad que se pasa muchas veces por alto o que, desde un enfoque muy individualista, creemos que tiene que partir de uno mismo. Esta necesidad tiene que ver con sentir que se nos valora, se nos valida lo que sentimos y que se nos cuida, por ende, que somos merecedoras de ese cuidado.
Puede tener que ver, también, con la necesidad de ser comprendida. Pero, ojo, con la necesidad de escucha y el intento de comprenderte, ya que nadie te va a comprender al cien por cien; ni siquiera tú te comprendes al cien por cien.
- Aceptación.
Erskine habla de la necesidad de ser aceptada por quienes tenemos al lado y, al mismo tiempo, de la necesidad de “depender”. Esto quiere decir que estemos con una persona que sea fiable para darnos seguridad, valoración y validación. A veces, esta dependencia o necesidad de aceptación se manifiesta en forma de idealización.
- Reciprocidad.
La necesidad de compartir la experiencia con el objetivo de no tener que explicarlo todo con palabras, sino obtener comprensión porque, o bien, se han vivido experiencias parecidas, o bien, por empatía. Por eso, a la hora de elegir un nuevo vínculo, solemos elegir gente afín que comparta más o menos nuestro mismo contexto, precisamente, para cumplir esta necesidad relacional de reciprocidad.
- Autodefinición.
La necesidad de autodefinición se refiere a poder decir “esto me gusta”, “esta es quien soy”, “opino esto” o “estoy en desacuerdo con esto otro”. Es poder compartir tu singularidad con la singularidad de la otra persona. Es complementario a la necesidad de reciprocidad en el sentido de necesito ser parecida a ti, pero también asumo que soy diferente en ciertos aspectos. A veces, en las relaciones, por miedo a no tener la aceptación del otro, no nos permitimos definirnos como personas singulares y valiosas. Esta falta de permiso también entorpece generar un vínculo profundo.
- Impacto.
Hacer impacto en la otra persona también es una parte muy importante de una relación. Impactar en la otra persona puede significar provocar emociones en ella, compartir tu forma de pensar y que la acoja, que reciba tu ayuda, etc. En definitiva, hacer impacto es fomentar el crecimiento. Es una necesidad válida tener la sensación de que influimos en los demás, que atraemos su atención o que provocamos interés. Si carecemos de estas sensaciones, haremos lo posible por tenerlas, viviendo la relación de una manera ansiosa o agobiante. Si no sentimos que se nos escucha o que lo que decimos y hacemos no es importante para el otro, habrá una necesidad no cubierta en el vínculo.
- Iniciativa.
Que la otra persona tome la iniciativa es una necesidad que, de no tenerla cubierta, la relación puede volverse insatisfactoria o, incluso, dolorosa. En un vínculo, se puede llegar a asumir el rol de tomar la iniciativa, pero si se es siempre la persona que tiene que hacer la primera aproximación, proponer planes, dar el primer paso para hablar de algo que está molestando o para interesarse por la otra parte, probablemente, dará el mensaje de no ser lo suficientemente importante para el otro y que hay un desequilibrio.
- Expresión de amor.
Por último, pero no menos importante, expresar afecto, cariño, palabras bonitas, estima o aprecio es, a veces, es una necesidad que tendemos a convencernos que no la necesitamos cuando estamos al lado de alguien que le cuesta expresar todo esto. Necesitarlo, nos hace creer que somos dependientes emocionalmente o de validación externa; pero recordemos que la validación también es una necesidad relacional. No expresar amor, además, impide la autodefinición y el crecimiento. Al final, lo que somos al lado de alguien es, en parte, lo que sentimos hacia ese alguien.
Conclusiones.
Una relación sana es una relación sanadora, en que sabes que puedes regularte a través del otro y que el otro te va a proporcionar lo que necesitas. Todas las personas tenemos necesidades relacionales (por mucho que algunas no lo quieran admitir). Además, tienes derecho a pedir y tener estas necesidades.
Es cierto que las relaciones conllevan riesgos, como el riesgo a que nos hagan daño. Sentir que necesitamos de otra u otras personas nos pone en una situación de vulnerabilidad. Sin embargo, es desde ese lugar desde donde más podemos tener relaciones equilibradas y donde sentiremos la paz y el derecho de observar y pedir nuestras necesidades relaciones.
¿Buscas ayuda psicológica?
Decía Erskine que “a menudo, la intensidad de algunas antiguas necesidades relacionales no satisfechas eclipsa y distorsiona las necesidades relacionales” del aquí y ahora. Si no conocer tus necesidades relacionales o no sabes cómo pedirlas, la terapia te puede ayudar. Puedes ponerte en contacto conmigo aquí.
Referencias bibliográficas
Erskine, R. G., Moursund, J. P., & Trautmann, R. L. (2012). Más allá de la empatía. Una terapia de contacto en la relación (N. Maestre, Trad.). Descleé de Brouwer.(Trabajo original publicado en 1999).
Apego y psicopatología: La ansiedad y su origen. Conceptualización y tratamiento de las patologías relacionadas con la ansiedad desde una perspectiva integradora (6a edición). (2020). Desclée de Brouwer.
Levine, A., & Heller, R. (2016). Maneras de amar: La nueva ciencia del apego adulto y cómo puede ayudarte a encontrar el amor… y conservarlo. Urano.