Como los adultos, los niños han pasado varias semanas encerrados en casa por la situación de confinamiento provocada por el COVID-19. Aunque la mayoría de niños no tienen ningún problema en volver a salir a la calle, otros no tienen ninguna necesidad de hacerlo… pero en el peor de los casos, a algunos les causa ansiedad hacerlo.
La convivencia familiar puede ser complicada si el niño no quiere salir a la calle: y es que tarde o temprano tendremos que salir para hacer una compra, para quedar con nuestros amigos, o simplemente para dar un paseo, y el niño no se puede quedar en casa. Además, que para el niño también resulta muy positivo hacerlo.
Motivos por lo que puede sentir miedo un niño para salir a la calle
El principal motivo es que les hemos transmitido miedo. La mayoría de niños de entre 3-7 años no lo tienen fácil a la hora de distinguir entre fantasía y realidad: creen que realmente el niño esta fuera, en el suelo, en el aire, y algunos hasta piensan que se van a morir con tan solo salir a la calle.
Es tan malo el exceso de información como el defecto: si tu hijo te pregunta, debes darle información adaptada a su edad, no más de la cuenta. No le des datos que no pueda entender y que para lo único que sirvan es para aumentar su ansiedad.
Otra de las razones por las que no querrían salir es que piensan que en casa tienen todas sus necesidades cubiertas: tienen comida, entretenimiento y viven con las personas que quieren. Es importante hacerles ver que salir es crucial para nuestras vidas, y que el mundo no podría seguir así mucho tiempo si todos nos quedásemos en casa.
¿Cómo deben actuar los padres con sus hijos que tienen miedo?
Estos son algunos consejos que pueden ayudarles a salir:
·Dales tiempo: Salir debe ser una posibilidad, pero no algo obligado. Tanto los niños, como los adultos, necesitan de algo de tiempo para adaptarse a la nueva normalidad. No debemos pensar directamente en que el niño tiene agorafobia o el famoso síndrome de la cabaña. En muchos casos, estos síntomas desparecerán en cuanto hayan salido un par de veces.
·Estudia su estado de ánimo: Cada padre y madre conocen el estado de ánimo de su niño y pueden determinar cuándo es el mejor momento para intentar que salgan de casa. También tendrán que analizar su propio estado de ánimo; si los progenitores están angustiados, será muy difícil que puedan crear una situación agradable para salir.
·Pregunta su opinión: La opinión del niño siempre se tiene que tomar en consideración en la nueva situación. Por ello, debemos preguntarle si se siente bien o si está de acuerdo con ciertas decisiones.
·Sentimientos: Si al niño le cuesta abrirse, podemos pedirle que nos haga un dibujo sobre el paseo, incluso hasta que nos cuente una historia sobre el mismo. Con los detalles del dibujo podemos entender muchas cosas.
¿Cuándo nos debemos preocupar en esta situación?
Los psicólogos indican que habrá que esperar a ver que síntomas persisten conforme vayan pasando los días. En el caso de que el cuadro de síntomas se alargase en el tiempo, con independencia de los que sean, entonces es importante llevarlo a la consulta para que se haga un diagnóstico.
Recibir ayuda psicológica cuanto antes puede evitar que la situación se agrave más, pero tampoco habrá que alarmarse antes de tiempo.
Todos necesitamos de algo de tiempo para adaptarnos a esta etapa tan complicada de nuestra vida.