¿Qué es lo que nos ocurre a veces cuando estamos nerviosos y no podemos parar de comer?
¿Es hambre realmente o se trata de otra cosa?
Cuantas veces nos hemos hecho esta pregunta pero al cabo del rato ya hemos dejado de pensar en ello.
¿Se considera cercano y clarificador el concepto de hambre emocional?
En muchos casos, y así nos lo atesoran nuestros pacientes, el problema real de la dependencia a la ingesta compulsiva supera a la propia comida en si y se traslada a la forma de comer o a toda la relación que hemos establecido con la comida. Nuestras emociones no gestionadas pueden llegar a «confundir» a nuestro cerebro a través de lo que se llama un error de discriminación, y despertar una falsa sensación de hambre que nos hace refugiarnos en la comida cuando en realidad no necesitamos alimentarnos en ese momento. Una alteración emocional no bien entendida puede perfectamente hacernos creer que es hambre lo que sentimos y nos condiciona para que busquemos remedio lo antes posible.
Otras veces el aprendizaje de toda una vida de unos hábitos incorrectos también pueden ocasionar estos problemas. Si hemos aprendido desde que éramos niños que a través de la comida podemos superar algún estado emocional negativo, este recurso ha podido repetirse a lo largo de los años, por lo tanto se refuerza negativamente el hecho de disminuir la ansiedad o malestar percibido a medida que buscamos algo de comida y nos lo llevamos a la boca.
Al ejecutarse de modo casi automático tendemos a repetir lo que en otras ocasiones nos ha dado buen resultado, que no es otra cosa que sentirnos mejor. No cabe duda, y así lo prueban numerosas investigaciones que la comida en algunos casos, o diferentes componentes de algunos alimentos en otros, tienen una capacidad casi inmediata de activar las vías de los circuitos neuronales de recompensa, haciendo que se comiencen a liberar gran cantidad de neurotransmisores relacionados con la regulación de nuestro estado de ánimo.
2 comentarios
Esto es justo lo que me pasa, pero solo logro gestionarlo en periodos de calma. Cuando el estrés o la soledad acecha… cuando me quiero dar cuenta, estoy zampando 🙁
Muchas gracias por tu comentario. No te dejes invadir por el desanimo, se fuerte y averigua porque tus sentimientos te dominan y te empujan a la comida. Solo tu lo sabes. Un fuerte abrazo.