Esta poesía, una más del maestro Benedetti, la considero toda una declaración de intenciones. A mí me transmite la voluntad de SER, la voluntad de experimentar y vivir la vida. Constantemente tendemos por motivos personales, laborales y familiares (todo ellos muy respetables) a dejar de escucharnos, a dejar de luchar por lo que nos llena, nos motiva y lo que soñábamos de niños. La sociedad y la vida se hacen más complejas de adultos, y sin saber como… nos conformamos… nos salvamos a cambio de nuestra comodidad. Creo que dentro de cada uno de nosotros, si encontramos nuestra esencia y nos escuchamos ( a esa vocecita interior) que por las circunstancias, estrés, etc.. tendemos a no hacer caso, sigue ahí… aunque la hayamos silenciado. En momentos difíciles y cuando las cosas se tuercen, me gusta leerla, porque me recuerda que prefiero vivir, confiar y amar, antes de quedar inmóvil.
Te animo a leer esta poesía y compartir lo que ti te transmite.
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.