- La digestión empieza en la boca. La masticación tiene por misión reducir a pequeñas partículas todos los alimentos, las cuales son cuidadosamente saturadas con la saliva. Sin embargo, sólo el almidón (carbohidratos simples o complejos, como son las frutas y los cereales respectivamente) inicia su digestión química en la boca. La saliva, que es normalmente un fluido alcalino, contiene una enzima llamada ptialina, la cual reduce el almidón a maltosa, un azúcar complejo que más tarde es descompuesto en el intestino por la maltasa (otra enzima) y convertido en glucosa, que es un azúcar simple (la glucosa es lo que necesita el cerebro para llevar a cabo todas sus funciones y la que produce energía en el organismo). Así pues, la ptialina ha preparado el trabajo de la maltasa, la cual no puede actuar sobre el almidón.
- La amilasa, que es una enzima de secreción pancreática, reduce también el almidón como lo hace la ptialina. De esta manera, el almidón que escapa a las fases de digestión bucal y estomacal, puede todavía ser transformado en maltasa y acrodextrina, suponiendo que no haya fermentado antes de llegar al intestino (cosa que normalmente pasa cuando se hacen malas combinaciones entre ciertos alimentos).
- La ptialina es destruida por un ácido débil y también por una reacción alcalina fuerte. Puede actuar sólo en un ambiente medianamente alcalino. Es esta limitación la que da importancia a la forma en la que mezclamos los almidones. Si ellos son mezclados con alimentos ácidos o que provoquen una secreción ácida en el estómago, la acción de la ptialina queda interrumpida.
- Últimamente no paramos de observar que debido a la errónea combinación entre alimentos la mayoría de la población está sufriendo de gastritis, acidez estomacal, pesadez, flatulencias, estreñimiento y un sinfín de problemas digestivos que intentan solucionar tomando fármacos para no sentir esa molestia o laxantes para disolver el estreñimiento que tarde o temprano acarreará otros problemas de salud más graves por los efectos colaterales de estos medicamentos nocivos.
- La pregunta es muy simple: ¿No será mejor ir a la causa y suprimir estos factores que les están llevando a sufrir de dolencias digestivas en vez de acidificar el organismo con la ingestión de dichos fármacos? Respóndanse ustedes mismos.
- Por lo tanto, RECOMENDAMOS NO MEZCLAR ALMIDONES CON ÁCIDOS NI CON PROTEÍNAS si quieren tener una óptima digestión y evitar la fastidiosa pesadez estomacal.
VEHYS.