El enunciado del título es una frase de la Dra. Aron refiriéndose al cuerpo, si éste pudiera hablarnos quizás podría decirnos algo parecido.
¿Cómo describirías la relación que tienes con tu cuerpo? pregunta que formulo en todas las primeras consultas (se sea PAS o no). Las Personas portadoras de Alta Sensorialidad, contestan en la mayoría de las veces algo así como que se sienten desconectadas. Con variedad de lenguaje pero al final vienen a decir lo mismo. En algunos casos, los más dolorosos, contestan que lo maltratan, que no saben nada de él, que lo ignoran.
Parece paradójico que una persona con Alta Sensorialidad, o Sensibilidad pueda ignorar a su cuerpo, que es la génesis de toda sensación, pero así es y lo digo por experiencia propia.
Cuando somos pequeños, inconscientemente nos damos cuenta que lo que nosotros percibimos no es lo mismo que percibe nuestro entorno, y pronto aprendemos a disimular, a callar, a hacer como si…! Casi irremediablemente empezamos a ponernos corazas ( los no PAS también) en las que vamos construyendo otra personalidad alejada, en la mayoría de los casos, de nuestros más profundos anhelos.
La coraza nos va a servir para protegernos del mundo, porque se percibe como peligroso y amenazante, donde las relaciones se convierten en un gran “esfuerzo”, y donde buscamos encajar a cualquier precio, pero este precio a veces es demasiado caro cuando crecemos, cuando somos adultos y la vida nos pide una autenticidad para con nosotros mismos.
Y queremos seguir encerrados, no porque no queramos salir, sino porque no sabemos cómo hacerlo. ¿Cómo salir a un mundo amenazante, donde tan solo el hablar de una persona dependiendo del tono de su voz nos sobre activa? ¿Cómo salir de si mismo, cuando percibimos la velocidad en las calles de las personas, coches, motos, ambulancias? ¿Cómo compartir un mundo donde las olores nos reclaman por doquier, olores que invaden una y otra vez nuestra intimidad? Así podríamos enumerar un sinfín de agentes exteriores que impactan en nuestra biología de forma continuada.
El cuerpo es nuestra casa, la pregunta que se que plantea es si realmente habitamos nuestro cuerpo. ¿Imagináis dejar la puerta abierta de vuestra vivienda dejando que todo el mundo entrara y saliera a su antojo?. Si uno no está en su cuerpo, es cómo si dejáramos las puertas abiertas de nuestra casa.
Pero ¿Cómo habitar nuestro cuerpo?. Para habitarlo hay que conocerlo, es necesario hacerse íntimo con él. Habitualmente estamos en la cabeza, pensando nuestro cuerpo y éste no necesita ser pensado, necesita ser vivido. Las Personas con Alta Sensorialidad o Sensibilidad, habitualmente tienen una relación con su cuerpo desde el dolor, del tipo que sea y la propuesta es que podamos tenerla desde el placer, pero para ello se exige algo a lo que a veces no estamos dispuestos a concedernos, dejar de querer controlar.
A través de la Pedagogía PsicoCorporal, aprendemos a cómo ir encontrando nuestro verdadero cuerpo, el cuerpo que hemos olvidado algún día en un baúl y que grita para ser liberado. Cuando uno empieza a escuchar su cuerpo, la mente poco a poco para de intentar controlar. Se entra en otro tipo de inteligencia, la Inteligencia Corporal, que nos lleva a vivir, no a sobrevivir.
Una Persona con Alta Sensorialidad habitando su cuerpo, puede observar cómo sus sentidos empiezan a saturarse, cómo su cuerpo le lanza los primeros signos de sobreactivación, y desde una posición de honestidad con ella misma, puede reaccionar justamente en cada momento de forma ecuánime. Esto es la Inteligencia Corporal.
Lurdes Reina
www.lurdesreina.com