¿Qué hacer cuando llega la ansiedad?
Todos estamos expuestos a que en un periodo de nuestra vida la ansiedad se haga muy presente.
En este artículo quiero mostrarte de manera analítica y sencilla qué hacer cuando llega la ansiedad, esa que rebasa los límites de una emoción saludable, que te entorpece, incluso imposibilita, realizar en tu día a día aquello que deseas o te conviene, que no te deja vivir en paz y armonía.
Y es que, como te decía, todos estamos expuestos a que en un periodo de nuestra vida la ansiedad se haga muy presente, incluso que tome el control. Múltiples causas te pueden llevar a esta condición o potenciarla, desde el ritmo frenético al que la sociedad nos hace ir, las noticias catastróficas que van haciendo mella en nuestro inconsciente, nuestro propio carácter y forma de actuar, traumas no resueltos, duelos, problemas de convivencia en la pareja, familia o trabajo y un largo etcétera.
El caso es que cada vez hay más personas que sufren ansiedad. Es muy mal consuelo que ahora haya más personas que entiendan lo es porque ellas mismas la padezcan, porque lo cierto es que es un problemón, sobre todo cuando te pilla desprevenido/a y no sabes ni lo que te está pasando.
Si es tu caso hay varios puntos que puedes aplicar para salir de esta situación:
- Diferencia si sufres ansiedad, estrés, depresión o tal vez una mezcla de ellos (suelen ser los que más se tienden a confundir). Haciendo un resumen muy burdo, nada científico, más bien casero, pero para que te sirva de guía: el estrés tiene que ver con la hiperactividad en el presente, con que estés sobrepasado/a, con no dar a basto con todo, lo que genera una gran tensión, nerviosismo y desgaste; la depresión tiene que ver más con el pasado, con que no hayas superado quiebres importantes, quedándote estancado/a en la melancolía o que no se hayan cumplido tus expectativas, con una tristeza muy profunda y un desaliento por la vida; y la ansiedad está más relacionada con el futuro, yo digo que es el miedo pasado por la mente, es que plantees hipotéticos futuros catastróficos como si fueran ciertos al 100%, mucha preocupación, el miedo a tener miedo y también produce mucho desgaste tanto físico, como mental y emocional, y mucha esclavitud respecto de ese miedo que te limita.
- Centrándonos en la ansiedad, un segundo punto sería conocerla: ¿Qué es la ansiedad? y ¿cómo la sufres tú? Ya que cada persona puede tener diferentes formas de padecerla con distintos síntomas: arritmias, mareos, temblores, pensamientos obsesivos, sensación de falta de aire al respirar, etc., etc. Puedes descargar aquí mi guía gratuita: “5 señales que indican que sufres de ansiedad”
- A partir de aquí, ten trucos adaptados a ti para gestionarla, controlar esos síntomas y que no vaya a más, que no te imposibilite tanto. Por ejemplo: ejercicios de respiraciones (te dejo tres al final del artículo), si tienes una crisis centrarte en lo que estás haciendo, o cualquier otra técnica que te pueda ayudar en el momento.
- Indaga que actitudes tuyas o formas de enfrentarte a la vida están potenciando esa ansiedad. Tal vez eres muy exigente o perfeccionista, te falta autoconfianza, tienes una autoestima baja, procrastinas o tienes ciertas creencias que te limitan… Sea lo que sea no te va a quedar otra que implementar cambios, si no puedes tu solo/a busca ayuda profesional.
- Cambiar tus hábitos de vida por otros más adecuados para ti: Pueden ser muy variados y han de ser adaptados a lo que tu necesitas, según tu personalidad, lo que detona tu ansiedad, etc. y pueden ir desde higiene del sueño, cambios en la alimentación, practicar meditación o relajaciones, estar más en contacto con la naturaleza, practicar deporte, cambiar rutinas, etc.
- Si has ido siguiendo los puntos anteriores ya deberías tener buen manejo de la ansiedad y podrás enfrentarte a situaciones que antes no te atrevías o lo hacías con mucho padecimiento, pero no te confíes, si no quieres que vuelva con más fuerza, aún queda el meollo de la cuestión, la raíz ¿Sabes de dónde vino? ¿Cuál ha sido el foco? Tal vez ha sido un evento puntual en tu vida o una situación sostenida en el tiempo, algo que ya venía de la infancia y ha habido un detonante posterior o algo mucho más reciente, lo suficientemente potente como para enquistar esa ansiedad. Sea como sea, según mi experiencia, es importante saber cual ha sido este o estos focos para poder superarlo/s. ¿Conoces este origen?
No: Haz una introspección en ti ¿qué es lo que cambió antes de que sobreviniera la ansiedad? ¿Qué es lo que te cuesta afrontar? Si no lo encuentras por ti mismo/a, ni con tu entorno de confianza, busca ayuda profesional.
Si: Afronta estos eventos o circunstancias. El primer paso es conocerlos, a veces sólo con esto es suficiente para que estés advertido/a y pongas atención en que no se repita, o en caso de ser inevitable, que lo puedas asumir de otra manera más saludable para ti. En otras ocasiones el camino pasa por enfrentar directamente lo que ha sido o es. Si es muy duro para ti afrontarlo en soledad no dudes buscar ayuda profesional.
Con las pautas de los puntos anteriores ya habrás recuperado el control de tu vida, incluso es posible que estés libre de esa ansiedad enquistada que tanto te molestaba. Si aún persisten restos que no te ves con fuerza de solucionar solo/a, el acompañamiento terapéutico es una buena opción.
- Habrá alguna de estas indicaciones que se habrán convertido en parte de tu nuevo estilo de vida con comodidad y otras que podrás tener en cuenta para volverlas a implementar si la ansiedad te vuelve a molestar y así seguir estando libre de ella y poder vivir con tranquilidad y armonía.
Recopilando, el camino para superar la ansiedad pasa por:
- Saber qué es lo que te está afectando y diferenciar la ansiedad de otros padecimientos.
- Conocer qué es la ansiedad y cómo la sufres tú. Aplica trucos o técnicas adaptados a ti.
- Cambia hábitos de vida por otros más saludables.
- Indaga en qué es lo que potencia la ansiedad.
- Ves al origen y enfréntalo.
- Tener presentes las pautas que te ayudan a estar libre de ansiedad.
Para finalizar te dejo estos ejercicios de respiraciones para cuando sientas que la ansiedad crece sin control, que empieza una crisis. Puedes reservarte un espacio y un tiempo en los que puedas estar con tranquilidad y sin interrupciones e ir practicándolos, así te irán ayudando en tu día a día y serán más fácilmente aplicables en un caso de emergencia:
- Respira en cinco: Inhala durante cinco segundos, sostén el aire durante cuatro segundos, exhala durante cinco segundos, repite cinco veces.
- Exhalación prolongada: Inhala lo más despacio que puedas, sostén el aire, asegúrate de que tu exhalación dure más que la inhalación, repite cinco veces.
- Respiración de buddha: Coloca una mano sobre tu estómago y la otra mano sobre tu pecho, inhala y asegúrate de que tu estómago esté inflándose, sostén el aire unos segundos y después exhala lentamente. La mano del estómago debe moverse con la respiración, mientras que la mano del pecho debe permanecer inmóvil, repetir diez veces.
Lo más importante es que tengas la certeza de que la ansiedad se puede superar. No dejes que se enquiste, cuanto antes la trates antes te librarás de ella. No hace falta esperar a los propósitos de año nuevo o que ocurra algún evento que agrave la situación, el mejor momento para empezar a superar la ansiedad, es ahora y la mejor inversión que puedes hacer es en ti mismo/a, en este caso en tu bienestar emocional.
Si este artículo te ha resonado, quieres superar tu ansiedad y crees que puedo ayudarte no dudes en contactar conmigo.
“5 señales que indican que sufres de ansiedad”