¿Primero de todo qué entendemos por sistema interno?
Cada persona en si misma está formada de muchas partes, como por ejemplo: la parte hija, la parte hermana, la parte laboral, la parte mujer, y así sucesivamente con tantas partes como despleguemos en nuestra vida.
En muchas ocasiones algunas de estas partes pueden funcionar muy bien, en cambio puede que alguna parte esté en conflicto con otra, o bien sea una parte que en sí misma esté dañada y no funcione bien, por lo que se refleja en esa faceta de la vida que funciona mal. Pero es importante hacer esta distinción; no es que todo vaya mal, sino que una parte está dañada y necesita ser atendida para restituir el funcionamiento óptimo.
Pongamos algún ejemplo…
- Imaginaros una mujer que ha criado a su hijo durante los primeros seis años de su vida, es abogada, dejó de trabajar para estar con su hijo, pero necesita volver a incorporarse al mundo laboral, por un tema económico, pero también por un tema de proyecto vital. Aquí hay tres partes en conflicto: la parte madre, la parte mujer y la parte laboral.
En este caso la conversación interna podría ir de la siguiente forma:
- La parte madre podría decir: mi hijo me necesita y es mi obligación estar disponible las 24 horas. A esto podemos añadir que viene de una línea materna cuidadora y protectora con un programa muy concreto “vivo por y para los hijos”.
- La parte mujer podría decir: necesito tiempo para mí, me estoy ahogando, no me siento realizada. Siendo un programa muy nuevo en la vida, ya que venimos de vidas exclusivas a la crianza.
- La parte laboral podría decir: soy abogada, he estudiado mucho, he puesto mucho esfuerzo en conseguir un nombre y una categoría laboral, si espero más me quedaré fuera del mercado laboral.
- Y ahora imaginemos a una mujer que actualmente tiene un cargo de responsabilidad en una empresa, se ha forjado un lugar como profesional a base de mucho esfuerzo y trabajo. Ha sacado a delante a 3 hijos ella sola, viene de dos parejas maltratadoras y siente que no puede confiar en los hombres, por lo que sus relaciones de pareja fracasan una tras otra.
En este caso la conversación interna podría ir de la siguiente manera.
- La parte madre: que a mis hijos no les falte de nada, soy madre coraje y no necesito de nadie para salir a delante. Este programa es muy cansado, ya que pone a la mujer en un lugar de mucho esfuerzo y desgaste, porque siente que no cuenta con nadie.
- La parte mujer: no puedo confiar en ningún hombre porque si confío me harán daño seguro. En su línea familiar existen antecedentes de mujeres que se quedaron solas por diferentes motivos y que se sintieron abandonadas por el hombre, lo que llega a esta mujer a guardar en el inconsciente la fidelidad a la línea matera, así que entra en alianzas.
Estos son solo alguno de los posibles conflictos que se pueden dar en el sistema intrapsíquico, pero que ayudan a situar un poco como situar el foco de un conflicto, dejar fuera las partes que están sanas y operan bien, y poner atención a la parte que necesita ser atendida.
En terapia podemos desplegar esas partes, mirarlas, atenderlas, y sobre todo ponerlas en diálogo.
Pero ¿desde dónde hacemos esto?
El ser humano está formado por un 15-20% de parte consciente, aquella que nos hace operativos, funcionales y nos ayuda a estructurar la vida, y otra parte mayoritaria que viene a ser un 80-85%. Esto ya lo estudió Sigmund Freud a principios de entre finales del s.XIX i principios del s.XX aproximadamente.
Y como decía Carl Gustav Jung <Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el inconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás Destino>.
A modo de iceberg, sólo vemos la punta de lo que pensamos que razonamos, pero hay todo un mundo interior que no vemos y que domina nuestras vidas, desde una creencia tragada de pequeños, hasta un programa de funcionamiento, que nos hace daño y ya no nos sirve.
Por tanto, es desde el inconsciente que desplegaremos ese diálogo para llevarlo al consciente y así poder ver donde está encallada la persona. Como bien es sabido, conocer el problema y saber dónde está, es parte de la propia solución. En los problemas emocionales sería algo similar, aparentemente puede haber un motivo para el conflicto, lo que sería el discurso que nos hacemos, sin embargo, en la mayoría de casos, lo que se mueve a nivel profundo es otra cosa absolutamente diferente, lo cual comprobamos en sesión una y otra vez.
Ayudándonos de diferentes técnicas de PNL, Playmobil, entre otras, podemos acceder al inconsciente, hacerlo emerger y llevarlo al consciente como decía Jung. Es en este punto donde se produce un “darse cuenta” liberador y sanador, que nos devuelve el poder para cambiar la situación. Como dijo el filósofo griego Epícteto <Lo que importa no es lo que sucede, sinó como reaccionas tú a lo que te sucede>.
Espero que estas líneas te hayan resultado útiles para poner un poco más de claridad en tu interior y sean un trampolín para plantearte cambios y movimientos que te sean propicios y te generen paz interior y equilibrio.
Y recuerda… sé amor en acción.