Puede que ya hayas dado el paso de comenzar a buscar un terapeuta para tu proceso, pero tengas dudas de cómo será. En un proceso terapéutico conmigo podrás encontrar lo siguiente:
Un espacio seguro
El espacio terapéutico es el entorno físico y emocional que creamos en terapia, donde te sentirás libre para expresarte sin miedo al juicio, la crítica o la incomprensión.
Este espacio es un lugar en el que sentirás que puedes explorar tus emociones y pensamientos más profundos con la certeza de que tus experiencias serán escuchadas y respetadas.
Vínculo seguro
Este espacio incluye la confidencialidad, la empatía del terapeuta y la posibilidad de hablar sobre temas difíciles o vulnerables con la certeza de que serán manejados con respeto y cuidado.
En tu proceso podrás crear un vínculo seguro, una relación o conexión emocional que se establece entre paciente y terapeuta. Tendrás una relación de confianza, comprensión y apoyo emocional. Sentirás que puedes confiar, sin temor a una traición, rechazo o incomprensión.
Este vínculo se construye con el tiempo. Si no sientes confianza con el/la profesional que tienes enfrente tras unas sesiones, lo ideal sería que lo hablaras en la consulta y te despidieras. Puedes pedirle que te derive a otra persona de su confianza ya que puede conocer qué necesitas después de esas sesiones.
Lo más importante en el vínculo con tu terapeuta es que puedes sentir que no hay un juicio hacia lo que puedas contar. Es un espacio en el que el protagonismo es para ti y es necesario que sientas esa calma y confianza para que se puedan dar los cambios que necesitas en tu vida.
Evaluación estructurada y adaptada a cada persona
Durante las primeras sesiones llevaremos a cabo una evaluación del motivo de consulta y de cómo este afecta a tu día a día. Para ello nos ayudaremos de varias herramientas. Estas herramientas pueden variar dependiendo del motivo que te haya hecho venir a consulta, pero las dos siguientes son fundamentales para conocerte a ti y tu historia vital:
- Línea de vida: Herramienta visual que nos ayuda a organizar y reflexionar sobre los momentos más importantes de tu vida y entender cómo ciertas experiencias han afectado a tu desarrollo y tus decisiones.
- Genograma: Esquema similar a un árbol genealógico que nos ayuda a identificar patrones familiares y a entender los problemas individuales desde un contexto más amplio.
Puesta de objetivos en común
Tras la evaluación, tendremos una sesión en la que fijaremos de manera conjunta los objetivos que trabajar en la intervención. De esta manera tendremos una guía y estructura al llevar a cabo la intervención.
Durante el proceso, es posible que aparezcan nuevos objetivos o problemáticas que podremos añadir y trabajar.
Comienzo de la intervención
Tras establecer los objetivos, iremos trabajando sobre cada uno de ellos. A veces se entrelazan y puede que te dé la sensación de que se ha pasado de uno a otro sin que te dieras cuenta, pero el ser humano es así, no podemos compartimentar nuestras experiencias al 100×100.
Seguimiento
El seguimiento es la última fase del proceso antes del alta. Durante este periodo, lo que haremos será mantenimiento de los cambios y prevención de recaídas. La idea es que los cambios conseguidos se vuelvan algo permanente y que, si vuelves a tener dificultades, tengas las herramientas necesarias para resolverlo, ya sea de manera individual o pidiendo ayuda a otras personas y profesionales. Por ejemplo, que veas que es un momento adecuado para pedir cita con tu médico de cabecera.
Cada proceso es individualizado por lo que, al comienzo no podremos saber exactamente cómo irá tu caso. Lo bueno es que, si has llegado hasta aquí, estoy convencida de que vas por buen camino para conocerte más, hacer cambios en tu vida y encontrarte mejor.