Introducción
Las rabietas son una parte común del desarrollo infantil, pero también pueden ser un desafío importante para los padres. Entender por qué ocurren, a qué edad son normales y cómo manejarlas puede marcar una gran diferencia en la crianza de tus hijos.
Como psicóloga infantil trabajo con familias que buscan herramientas para afrontar estas situaciones de manera efectiva. En este artículo, te explico todo lo que necesitas saber para abordar las rabietas con éxito.
1. ¿Qué son las rabietas y a qué edad son normales?
Las rabietas son explosiones emocionales intensas que los niños suelen experimentar cuando se sienten frustrados o no logran expresar lo que necesitan.
¿A qué edad son normales?
Generalmente, las rabietas son más comunes entre los 2 y 4 años, una etapa conocida como «los terribles dos». En esta fase, los niños no cuentan con las habilidades emocionales y lingüísticas necesarias para gestionar sus emociones de modo que su única forma de exteriorizarlo son esos intensos llantos y chillidos acompañados de conductas que en ocasiones pueden producir daños a sí mismos y a los demás.
Aunque las rabietas disminuyen con la edad, es posible que algunos niños mayores sigan presentando estas conductas cómo vía para expresar una emoción u obtener aquello que quieren.
2. ¿Por qué ocurren las rabietas?
Entender las causas de las rabietas es clave para saber cómo tratarlas. Algunas de las razones más comunes incluyen:
- Frustración: Los niños quieren hacer algo por sí mismos, pero no pueden lograrlo o cuando un adulto les impone un límite que les impide alcanzar aquello que quieren.
- Falta de habilidades de comunicación: No pueden expresar claramente lo que sienten o necesitan.
- Cansancio o hambre: Estas necesidades básicas suelen intensificar las emociones.
3. Cómo tratar las rabietas: consejos prácticos
Manejar las rabietas con paciencia y estrategia puede ayudar a reducir su frecuencia e intensidad. Aquí tienes algunos consejos:
Mantén la calma
Tu respuesta emocional influye en la del niño. Hablar con tranquilidad y evitar gritar ayuda a desescalar la situación. Dejar un tiempo para que se tranquilice bajo la consigna de: “veo que ahora estás muy enfadado y así no nos podemos entender, cuando estés más tranquilo me dices lo que te pasa y así te ayudo a encontrar una solución”.
Establece límites claros
Los niños necesitan límites para sentirse seguros. Explícalos de manera firme pero amable, y mantente consistente. Por ejemplo: “No puedes jugar con eso porque es peligroso.”
Ofrece alternativas
Cuando sea posible, da al niño opciones que estén bajo tu control. Por ejemplo: “¿Quieres usar la camiseta roja o la azul?” Esto reduce la frustración al darle cierto poder de decisión.
Reconoce sus emociones
Valida los sentimientos del niño: “Sé que estás enfadado porque no puedes jugar ahora. Entiendo que te molesta.” Esto le ayuda a sentirse comprendido.
Evita reforzar la conducta
Si cedes ante una rabieta, el niño aprenderá que esa es una forma efectiva de obtener lo que quiere. Por ello es importante no prestar atención ni premiar las conductas provocadoras (siempre y cuando no supongan un peligro para el niño o las personas de su entorno) y premiar los comportamientos positivos con elogios y atención. Para ello se puede usar la estrategia de dar un tiempo para calmarse, acompañado de recursos como un rincón de la calma o elementos que le hagan sentirse mejor durante el estallido y después elogiar la vuelta a la calma con frases como: “qué bien lo has hecho”, “sabía que podías conseguirlo”, “ahora que estás más calmado cuéntame qué es lo que te ha pasado”.
4. ¿Cuándo buscar la ayuda de un psicólogo infantil?
Aunque las rabietas son normales en ciertas etapas, pueden ser una señal de alerta si:
- Son excesivamente frecuentes o intensas.
- Persisten más allá de los 5 años.
- Afectan significativamente la vida familiar o escolar.
Como psicóloga infantil puedo ayudarte a identificar las causas subyacentes de las rabietas y a desarrollar estrategias personalizadas para manejarlas. Para ello trabajo tanto con los padres como con los niños para mejorar la comunicación y fomentar un desarrollo emocional saludable.
En definitiva, las rabietas forman parte del desarrollo normal de niños y niñas, pero saber cómo tratarlas puede convertirlas en una oportunidad para enseñar a los niños a gestionar sus emociones. Con paciencia, límites claros y apoyo profesional si es necesario, puedes ayudar a tu hijo a superar esta fase con éxito.
Si necesitas orientación o ayuda no dudes en contactarme. Estoy aquí para apoyarte en este proceso.