Padre Nuestro
Padre nuestro que vives en mi mente,
santifícala para despertar del sueño del mundo.
Dame hoy la luz para iluminar mi oscuridad.
Perdona mis ilusiones
así como yo veo las ilusiones del otro
y me las perdono por ser las mías.
No dejes que el ego me atrape
en las tinieblas de la muerte,
libera mi cuerpo, mi mente y mi alma
para unirme a ti de donde jamás me he ido,
sólo me he dormido y fabriqué obstáculos
que me impiden ver la faz
de Cristo en mis hermanos
Amen
Sobre la dualidad
El cielo es un estado en el que sientes paz, amor, cuidado, dicha, seguridad, comprensión, apoyo, alegría. El infierno es un estado donde sientes frustración, ira, venganza, resentimiento, culpabilidad. Los dos son estados mentales que viven en ti. Uno extiende lo que verdaderamente eres, el otro es tomar veneno y esperar que le haga daño al otro ¿Tú qué eliges?
Sobre los celos
Debido a la separación de mi mente, una parte de ella quedó dormida en un profundo sueño del que no se da cuenta de que puede despertar. Ese fragmento se siente solo, desesperado porque Dios no cumplió su fantasía de querer ser especial. Los celos son la pelea interna con Dios. Ese ataque de celos es una emoción básica de nuestra herida por querer jugar fuera del Reino. En la medida que lo vas permitiendo, esos celos van saliendo mostrando que las relaciones especiales que entablamos generan mucho sufrimiento. La naturaleza del SER es unidad, por esa razón, el ES, si nosotros lo pedimos, transformará esa relación especial en inocente, todas empiezan por ser especiales. Se le da mucha importancia a la de pareja por las emociones implícitas en ella. La transformación te lleva a sacar todos esos obstáculos que fabricaste para crear un mundo a tu medida, muchas de ellas se rompen por la tensión que generan. Al tener un propósito firme de querer sanar es inevitable la curación, sólo es confianza en el guía interior que llevará a cabo las acciones necesarias para vivir el cielo en la tierra (estado mental) donde se reconoce la perfecta inocencia de tu hermano y tuya.
Rosi Socas ha canalizado sabiduría en tres reflexiones profundas: «Padre Nuestro», una visión nueva y espiritual; «Sobre los Celos», explorando emociones complejas y de la unidad; y «Sobre la Dualidad», entendiendo la vida en polaridades. Estas reflexiones son faros de luz que guían hacia el autoconocimiento y la sanación emocional.