“Levantamos primero la polvareda y luego nos quejamos de no poder ver”( Berkeley)
A diario nos enfrentamos con diferentes problemas que forman parte de nuestra condición humana. En determinados momentos, resolver cuestiones del día a día se vuelve demasiado complejo… En gran parte de estas ocasiones, la forma de intentar resolverlos nos está impidiendo avanzar y dar claridad.
En lo que respecta a problemas interhumanos, el modo más pragmático de abordarlos no estriba
en la pregunta por qué, sino qué. ¿Qué es lo que aquí y ahora sirve para perpetuar el problema y qué se puede hacer aquí y ahora para efectuar un cambio?
Existen, siguiendo a Paul Watzlawick, terapeuta familiar, tres modos de enfocar mal una dificultad:
1. Intentar una solución negando que un problema lo sea en realidad: preciso actuar, peor no se
emprende tal acción…”hacer la vista gorda”.
2. Se intenta un cambio para eliminar una dificultad que desde el punto de vista práctico es
inmodificable: se emprende una acción cuando no se debería.
3. Se comete un error de tipificación lógica y se establece un juego sin fin cuando se intenta un
cambio en una situación que sólo puede cambiarse a partir de un nivel lógico inmediatamente
superior.
Aquí caemos en paradojas…por ejemplo, una madre que le expresa a su hijo: “quiero
que quieras estudiar”. Así, no sólo se le pide estudiar, sino que lo haga por el motivo justo,
porque lo desee. Además, si lo hace pero no por la razón que debería (estudiar pero no por
apetecerle), puede ser castigado. Y se le exige malabares mentales pidiéndole que desee
aquello que no quiere.
En resumen, quiero que siga mis reglas y, a la vez, que no necesite mis reglas para estudiar (intento que el comportamiento sea espontáneo exigiéndolo). Otro ejemplo, cuanto más intente forzar una erección, menor será la probabilidad de ocurrencia.
¿Cómo resolvemos problemas?
Podemos abordar la resolución de problemas en 4 etapas:
1. Definición del problema en términos concretos
Aunque parezca evidente, para ser resuelto un problema ha de ser un problema. Por ejemplo, ante el fallecimiento de un ser querido no podemos plantearnos solventar la pérdida o ante la erupción de un volcán evitar lo inevitable.
2. Una investigación de soluciones intentadas hasta ahora
Normalmente nos encontramos en consulta personas que padecen un problema determinado
durante mucho tiempo. Frustrados y cansados de intentar diferentes soluciones, se dan una y otra vez de cabeza contra la misma piedra. Es decir, si he intentado diferentes soluciones y no han sido útiles para resolver el problema, es debido a que tales intentos no pueden ser concebidos como soluciones, sino parte del propio problema. Estas soluciones está favoreciendo que el problema exista.
Un ejemplo: una pareja con historia de infidelidad por uno de los miembros considera que
frecuentemente esta conversación vuelve a salir y genera conflicto. Una de las “soluciones” que
están intentando llevar a cabo es que uno de los dos se marche sin mediar palabra de la casa
compartida y, al llegar, ambos hagan como “si nada ha pasado”. Sin pararse a hacer un análisis
exhaustivo, es comprensible que esta forma de intentar solucionar el problema contribuye al
mismo.
3. Definición del cambio concreto a realizar
En tercer lugar, hemos de concretar el problema y definirlo en términos concretos y alcanzables.
Por ejemplo, podemos tener el deseo o meta de “ser más felices”, “preocuparme menos”…siendo
estos objetivos demasiado vagos e imprecisos. Tendremos que cuestionarnos qué es e implica
para nosotros ser más felices, cómo plasmarlo en el día a día, qué es valioso para nosotros…aquí
muchas personas, ante un cuestionamiento más profundo se sienten perdidas y desorientadas.
4. Formulación y puesta en marcha del plan para producir el cambio
Imprescindible también determinar un límite temporal para que ese cambio tenga lugar.
Para llevar a cabo la solución del problema hemos de tener en cuenta la forma en la que la persona tiene de conceptualizar y entender su realidad.
Tras haber leído este artículo…¿cómo crees que te planteas los problemas en el día a día? ¿consideras que tienes algún aspecto mejorable?
Esperamos que os haya gustado, gracias por leernos.
Psicología Fonseca y Figar.