Estamos a las puertas de un final de año donde todo parece que se complica por momentos, veníamos de un 2020 en que la energía general era demasiado pesada, entramos en un 2021 con cierto optimismo. ¿Peor que el anterior no podría ser no?
Nos encontramos cerrando un año que parecía nos había dado media tregua pero nos está poniendo al límite y no solo por la situación mundial que nos ha tocado vivir sino por mil temas personales con los que cada una debe lidiar, cansancio, frustración y desmotivación.
La realidad es la que es, pero hace ya mucho tiempo descubrí que cada uno de nosotras tiene la capacidad de crear su propia realidad y nos podemos quedar enganchas en el victimismo y las circunstancias exteriores o bien crear un estado de paz interno que nos ayude a gestionar mejor todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero este no es un post para mirar hacia atrás sino más bien al contrario.
Como te comento estamos cerrando un año y personalmente a mí me gusta hacer balance, sentarme y revisar todo aquello que he vivido, que desafíos me ha traído y que he aprendido de ello, aquellos patrones o circunstancias que veo que repito y quiero erradicar. Creo que una vez te das cuenta de ellos ya tienes la mitad del camino recorrido.
Por otro lado yo soy mucho de rituales de confiar y de visualizar. Cada año escribo que le pido al nuevo año, y hay veces que lo consigo y otros que se me resisten pero consigo otras cosas que ni tan solo había podido imaginar.
Este año haciendo Balance me di cuenta que había un tema personal que se me estaba enquistando desde 2019. Durante dos años había escrito el mismo objetivo y a día de hoy no ha sido posible. A lo que mi reflexión desde ya hace algún tiempo es.
¿Y SI ESE OBJETIVO ESTA CLARÍSIMAMENTE DESALINEADO CONTIGO? Luego medité sobre ello y llegué a la conclusión que no conseguí llegar a ese objetivo como yo quería pero mientras luchaba por él, me encontré con un montón de aprendizajes y experiencias que sin ir tras el objetivo no habría conseguido.
Así pues puedo decir que mi objetivo no llegó pero me encaminó para muchas otras cosas
Como te comentaba soy mucho de rituales, entendiendo como ritual, encender una vela con una lista de cosas poner intención y esperar que la vida nos lo traiga. Y aunque creo ciegamente en la MAGIA de la VIDA, esta necesita ver tu disposición. No puedes correr un maratón sin entrenar antes.
Bueno, poder puedes pero luego no te lamentes si no aguantas 2km. Ya me entiendes.
Donde quiero llegar con todo esto. A contarte que mi ritual este año no serán una simple lista de cosas sino 3 palabras.
3 PALABRAS que se alineen a lo que quiero ver manifestado a final de 2022 y no dependerá de la vida solamente sino que iremos a un 80-20 para ponérselo más fácil.
El ritual lo he llamado MIS TRES A (tres palabras que me acerquen y me recuerden lo que debo hacer para conseguir aquello que quiero)
AUTOESTIMA, ACTITUD, ACCIÓN
Y aquí está el ritual.
AUTOESTIMA: ¿Cómo te sientes o valoras?
-Reconócete tal cual eres y acéptate con tu luz y tu sombra
ACTITUD: ¿Cómo vas a presentarte frente al nuevo año?
¿Seguirás siendo víctima de las circunstancias o coges las riendas de tu vida?
ACCIÓN: No esperes que todo cambie sin hacer nada de tu parte.
Si quieres algo, ve a por ello cueste lo que cueste y re direcciona el camino tantas veces como sea necesario sin perder de vista dónde quieres llegar.
Haz de estas tres palabras tu mantra, tu guía y crea magia, en un año veremos lo que ha cambiado.
PD. Está permitido encender velas y confiar, porque si no confías, tienes media batalla perdida.