“Tengo la sensación de no ser importante para mi pareja” es como si “en el fondo supiera que está conmigo porque no tiene alguien mejor ahora”.
Si esta frase te resuena, probablemente eres un “niño de substitución”.
(Aunque hablaré en masculino esta vez, se aplica de la misma manera para el sexo femenino).
Ser niño de substitución es un término acuñado por el Dr. Salomon Sellam, médico y profesor de Psicosomática Clínica y Humanista, para referirse a los niños que son concebidos justo después de otro que murió.
Cuando un bebé, un niño o un joven muere, los padres sufren una gran pérdida, es probablemente la experiencia más dolorosa a la que unos padres pueden enfrentarse. La reacción inmediata suele ser llenar ese vacío con otro bebé. Sobre todo, si es el primero y lo esperaban con mucha ilusión.
Generalmente, enseguida después de la pérdida se produce el siguiente embarazo. El feto concebido en ese periodo es portador de una información inconsciente que surge del deseo de sus padres de “revivir” al anterior. La tendencia del nuevo bebé es cumplir ese deseo de sus padres. Es lo que llamamos una fidelidad familiar invisible. Y también se trata de una respuesta inconsciente.
¿Cómo se siente un “niño de substitución”?
A menudo siente que no tiene derecho a ser el primero, pues hay otra persona que está por delante de él. Tiene la sensación de que siempre hay alguien que es más importante que él. Cuando aparecen otras personas, automáticamente se siente excluido o rechazado, y a menudo él se excluye a sí mismo.
Siente que está viviendo una vida que no le pertenece, que no es auténtica. Y en el caso de que el sexo sea diferente al del hermanito fallecido, puede tener dudas sobre su identidad sexual, y/o adoptar conductas y formas de vestir del otro sexo.
Este sentir del niño y, más tarde, del adulto, se puede manifestar en varios ámbitos a la vez: con los padres, con los amigos, en las relaciones de grupo y, con la pareja. Cuando esto ocurre con la pareja, se suele transformar en los conocidos celos. Con un sentimiento de fondo que es: “no tengo derecho a ser el primero”.
Existen niveles de intensidad en la manera en que este hecho afecta y se vive; lo que significa que no todos los niños que son substitutos del anterior experimentan celos o los sufren hasta el punto de ser un conflicto a tratar.
Sin embargo, cuando esta información inconsciente (de ser un niño que substituye a otro) es el único o, uno de los motivos de peso, por el que la persona sufre de celos, suele disminuir de forma brusca el estrés al hacer consciente este hecho. Es por eso que se justifica solicitar el acompañamiento terapéutico adecuado.
¿Cómo procedemos para que puedas liberarte de los celos?
La programación inconsciente que lleva este niño, se seguirá manifestando en su vida de adulto también. Generalmente, aunque aumenta la intensidad del sufrimiento en las relaciones de pareja, también sigue afectando a otras relaciones personales.
Por eso, cuando nos liberamos de los celos de pareja, también nos liberamos o disminuyen los celos que afectan a otros aspectos de nuestra vida.
Aplicando algunas técnicas sencillas, dentro de una sesión de relajación, la consciencia queda un poco desarmada, dormida. Es entonces posible entrar un poquito más en la información inconsciente (el 95% de la información de nuestro cerebro es inconsciente). En esta sesión la persona es capaz de recordar su historia, y toma conocimiento del origen de sus celos. Poco a poco siente que su historia infantil fue así realmente, la puede relatar y describir detalles que estaban protegidos. Se produce así la toma de conciencia, es decir, la persona llega a saber que eso fue así, sin dudas. Ahora está lista para deshacerse de la carga (programa inconsciente).
Procedemos con lo que llamamos un acto simbólico. Para definir un poquito el término, estoy hablando de una pequeña actuación dirigida a rectificar el estado de algo que quedó grabado en nuestro inconsciente y que por diversas razones, nos está afectando hoy. Este acto es muy personal y tiene infinitas formas, debemos encontrar la más adecuada en ese momento de su vida.
¿Cómo es posible que un hecho tan lejano en el tiempo y del que ni siquiera soy consciente esté bloqueando mi vida sentimental y me esté trayendo tanta infelicidad? Pues, a menudo, es así. Esta puede ser la causa que da origen a tus celos y a veces, no es la única. Debes saber que contamos con un sistema psíquico de protección que nos ayuda a olvidar o a recordar de forma alterada nuestras vivencias dolorosas.
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