Hola a todos/as,
Hoy me apetece escribir algo más personal y dedicado a mis amistades a las que quiero y estoy feliz de tener en mi vida.
Estos últimos días me han absorbido los libros de “Amigos mejores”, de Alicia González y la lectura de mi muy admirado Emilio Lledó, “Identidad y amistad”; os recomiendo ambos fervientemente.
En la consulta atiendo a muchas personas con dificultades en esta área de su vida: “me da miedo perder a mis amigos y doy continuamente sin recibir lo mismo…”, “me siento solo/a aunque mi grupo de amigos/as es grande”, “creo que no encajo con mi grupo de amigos y me percibo como la oveja negra, ¿cómo voy a ser la única que no está a gusto en el grupo?…”.
Probablemente muy pocas veces (o ninguna, me atrevería a decir) te has planteado cómo tendría que ser una relación de amistad para ti. Por favor, si estoy en lo cierto, te invito a que ante un folio en blanco le des rienda suelta a tu imaginación. Seguramente las palabras de “equitativo”, “cariño”, “cuidado”, “diversión”, “escucha”, o sinónimos, hayan aparecido en esa lista descriptiva… Es sano tener un molde mental sobre cómo queremos que sean nuestras relaciones, qué toleraríamos y qué no, qué espero de otras personas y de mí misma en esas relaciones…
Personalmente, me gusta describir la amistad como un refugio seguro con el que comparto y me acompaña. Así, espero que sean relaciones transparentes, con confianza, honestidad, apoyo y disfrute de los buenos momentos, donde me siento querida y valorada y le proyecte lo mismo al otro. Claro está, soy muy consciente de que estas relaciones implican cuidado mutuo y trabajo.
Dicho de otro modo y rompiendo con creencias populares, la amistad no es cuestión de suerte. Si lo percibimos desde este prisma, nos dibujamos desde una posición de vulnerabilidad, en la cual independientemente de cómo me comporte, los resultados en mis relaciones de amistad no dependerán de mi conducta, sino de la suerte de haber conocido a X personas… PRIMER ERROR.
Hemos de percibirnos responsables de los vínculos que gestamos y mantenemos en nuestras vidas. Sí, los vínculos de amistad sanos y construidos necesitan de nuestra atención, esfuerzo y consciencia. Por ejemplo, habrá momentos incómodos donde discutamos intentando encontrar puntos de unión; momentos de tristeza, rabia, decepción, dolor; circunstancias que harán que nos distanciemos y, aún así, se mantenga ese vínculo maravilloso…
Este aspecto está íntimamente relacionado con el individualismo imperante. Así, se nos insta a pensar que una relación donde aparezcan discrepancias y problemas ha de ser repuesta rápidamente (al alcance del click). Se repite incansablemente y aquí lo volveré a hacer; nunca hemos estado tan falsamente conectados como en la actualidad…
Otra creencia arraigada en la sociedad, es la que vincula las relaciones de amistad a ciertas etapas de nuestras vidas únicamente…SEGUNDO ERROR. Tener amigos es necesario durante toda nuestra vida. De hecho, está asociado a una mayor esperanza de vida y bienestar emocional. Sí, disfrutar de nuestros amigos nos hace estar más sanos y vivir más.
Como broche final, agradecer a todas esas personas que han estado en mi círculo en algún momento de mi vida. Todas ellas han dejado su granito de arena para construir mi yo actual. Y, sobre todo, a las que hoy están conmigo, por cuidarme y hacerme sentir querida, especial, única…
Espero que os haya gustado,
Psicología Fonseca y Figar