La autoestima es la base sana de nuestra personalidad. Es la estructura por la que podemos reconocernos y salir al mundo. Es la valoración que haces de ti mismo y la capacidad que tienes de estar en el mundo. Hay cinco aspectos que pueden darte pistas sobre qué tal va tu autoestima.
¿Reconoces lo que haces bien?
Cuando alguien va a realizar un objetivo en su vida un aspecto que valora es si tiene las cualidades y habilidades para llevarlo a cabo. Si su respuesta es negativa, difícilmente se moverá del sofá. Las personas con baja autoestima suelen hacer pocas cosas o no terminarlas, parecen perder fuerza a medida que van realizándolas. Por lo tanto, reconocer tus puntos fuertes te ayudará a llegar hasta el final de tus objetivos.
¿Te miras equilibradamente?
En cualquier acto que llevamos a cabo, tenemos aciertos y tenemos errores. Es importante ser capaz de reconocer ambos con objetividad. Si sólo veo los aciertos, puedo volverme arrogante, soberbio, prepotente y conseguir lo que llamamos una «falsa autoestima». Si sólo veo los errores, puedo volverme inseguro y negativo hasta llegar a la que llamamos «baja autoestima».
¿Te respetas?
En general, cuando creemos que otra persona no nos está respetando, es decir, nos habla mal, o nos ignora, o nos pide más de lo que queremos dar, etc. suele ser porque así se lo permitimos. Saber defenderse, responder adecuadamente, poner límites, saber decir no y escoger ambientes en los que te vean y te valoren, ayuda a mejorar la autoestima.
¿Confías en tí?
Confiar significa creer que puedes. Las creencias se basan en las experiencias previas que hemos tenido. Es importante recordar todas esas veces que sí hemos conseguido salir adelante, que desde que nacimos, son muchas. La vida está llena de aciertos, aprendimos a caminar y a hablar, aprendimos a vestirnos y a ir en bicicleta, y a tantas y tantas cosas que ahora nos parecen fáciles y que en su momento fueron un gran reto. Recuérdalos con satisfacción.
¿Eres indulgente contigo?
Las personas con baja autoestima suelen «machacarse» mucho. Se culpan, se sienten inferiores a los demás. No se pasan ni una. Hay un ideal de «ser perfectos» que nunca pueden cumplir. La vida tiene dos caminos, y sólo puedes escoger uno porque son incompatibles, o buscas ser «perfecto» o buscas ser «feliz». Las personas que se aman a si mismas tienen muy clara la decisión.
Iolanda Bertran
Psicóloga y Terapeuta Gestalt