El objetivo de cualquier terapia es resolver el desequilibrio o alteración de la salud de un paciente mediante la actuación en su organismo o en su psique con diferentes tratamientos y metodología y apoyar así su propia capacidad de autorregulación y curación.
Una persona que se acerca a la Terapia de Polaridad suele preguntarse ¿Qué es la Terapia de Polaridad? ¿Cómo funciona? ¿Podrá serme útil? ¿Cuántas sesiones debo realizar hasta sentirme mejor? Algo completamente lógico y responsable dada la amplia oferta de terapias holísticas existentes hoy en día.
¿Cuál es el origen de la Terapia de Polaridad?
La Terapia de Polaridad fue desarrollada por Randolph Stone (Austria 1.890 – India 1.981), Doctor en Quiropráctica, Osteopatía y Naprapatía quien al largo de su carrera también adquirió formación y experiencia clínica en terapias orientales como la medicina tradicional china y medicina ayurvédica. La Terapia de Polaridad aúna ambas tradiciones, oriental y occidental, creando un sistema integrativo que se basa en los principios físicos de atracción, repulsión y neutralidad, cuya interrelación intervino en los principios de la formación de la materia y la vida; y, en el caso de nuestro cuerpo, en la formación y el equilibrio de un sistema energético subyacente en el que la terapia actúa activando su capacidad homeostática de autorregulación.
La Terapia de Polaridad es, por tanto, un sistema terapéutico holístico integral, que proporciona un nuevo enfoque en la construcción de la salud en el que la persona participa de manera activa, comprometida y consciente.
¿En qué consiste y a qué ayuda la Terapia de Polaridad?
El conocimiento del cuerpo humano no hace referencia sólo al funcionamiento de los distintos sistemas, órganos, aparatos, tejidos, química o población bacteriana; como hemos mencionado, existe además una anatomía energética que participa activamente en la salud y en la que se puede intervenir y actuar a través de la Terapia de Polaridad.
Cuando dicha anatomía energética pierde su equilibrio o se bloquea, altera el correcto funcionamiento del organismo. La Terapia de Polaridad tiene como objetivo restablecer el libre flujo de la energía vital interna, facilitando así el equilibrio de nuestro sistema energético y, por tanto, fisiológico. Nuestro cuerpo sigue un patrón energético determinado en el funcionamiento de todos sus órganos y sistemas. Dicha energía, con un marcado componente electromagnético debido al funcionamiento del sistema nervioso por impulsos eléctricos, fluye por todo el cuerpo siguiendo unos recorridos específicos, como ajetreadas callejuelas que distribuyen el tráfico por una ciudad. Siguiendo este símil circulatorio, siempre hay interrupciones, accidentes, colapsos, agentes externos, etc, que ralentizan o bloquean el tráfico. En el cuerpo, la vida estresada, la mala alimentación, la falta de movimiento, la ausencia de amor, la rabia, la frustración, etc, tienen un efecto nocivo. Los pensamientos condicionan las emociones y alteran los sentimientos, que a su vez se somatizan en el cuerpo físico generando tensiones, dolor o enfermedad. El objetivo de la Terapia de Polaridad es que el tráfico sea fluido, es decir, desbloquear la tensión acumulada en el cuerpo para activar su propia capacidad de autorregulación. Todo nuestro organismo trabaja para mantenerse vivo y en buenas condiciones. A veces, son nuestros pensamientos, emociones, actitudes o malos hábitos los que entorpecen y complican ese funcionamiento natural.
¿Cómo se aplica?
La Terapia de Polaridad trabaja con una serie de contactos, presión (tamas), movimiento (rajas) y reposo (satwa), en áreas específicas y en puntos de tensión o dolor localizados en estructuras corporales (musculatura, articulaciones…). La finalidad es estimular la propia capacidad y recursos del organismo para liberar y desbloquear dichas tensiones.
Al eliminar el dolor y la tensión física, como consecuencia, también se libera la tensión emocional y mental, creando patrones de conducta mucho más conscientes y coherentes.
La Terapia de Polaridad propone, a través de los bloqueos y tensiones, iniciar un proceso de transformación consciente en el que la persona va adquiriendo progresivamente mayor conocimiento de sí misma.
¿Cómo funciona?
La Terapia de Polaridad consta de cuatro métodos interrelacionados de tratamiento terapéutico: trabajo corporal, yoga de polaridad, dieta depurativa y el proceso psicocorporal.
– El trabajo corporal
El Dr. Stone desarrolló un sistema de contactos, toques o manipulaciones de distinto grado para equilibrar y restablecer el flujo del sistema energético, y que trabajan a nivel estructural (sistema músculo-esquelético), en el sistema nervioso y en el sistema cráneo-sacral. Este tratamiento se realiza durante las sesiones individuales y es la base de la Terapia.
– El Yoga de Polaridad.
Se trata de posturas y movimientos que ayudan a liberar bloqueos y tensiones del sistema energético y que sirven también para apoyar el trabajo de contactos realizado en las sesiones individuales.
– La dieta depurativa
El Dr. Stone desarrolló un sistema de dieta depurativa para facilitar el proceso de desintoxicación del cuerpo y apoyar así al sistema energético en su proceso curativo y de autorregulación.
– El proceso psicocorporal
En la Terapia de la Polaridad “curar” significa también ser conscientes de nuestra presencia en el mundo, darnos cuenta de las actitudes y patronas que limitan y condicionan nuestra salud. Se trata también, pues, de un trabajo de crecimiento personal, facilitando la transformación del individuo hacia la comprensión de sí mismo y hacia su propio estado de salud, bienestar y plenitud.
¿Cómo es una sesión de polaridad?
En una primera sesión de Terapia de Polaridad el paciente tiene una entrevista con el terapeuta en la que expone los motivos de la consulta. Se realiza una evaluación postural y respiratoria y a continuación el terapeuta empezará el trabajo en camilla con los contactos en las diferentes partes de la anatomía energética corporal.
Indicaciones
La Terapia de Polaridad está indicada para mejorar cualquier aspecto de la salud en general. Conviene enfatizar que es un complemento eficaz que se puede aplicar como refuerzo en la acción terapéutica de otros tratamientos médicos o psicológicos, pero nunca invitará a sustituirlos:
- Problemas en músculos y articulaciones.
- Dolores de espalda y dolores posturales.
- Relajación y alivio de la tensión y el estrés.
- Baja energía o cansancio.
- Problemas con la digestión, respiración o tensión sanguínea.
- Sistema inmunológico.
- Dolor Menstrual.
- Apoyo emocional.
- Desarrollo personal.
En definitiva, la Terapia de Polaridad propone un paradigma complementario en el cuidado de la salud, tratando no sólo el síntoma sino el proceso personal y existencial del paciente. Es una terapia reconocida internacionalmente, con una titulación propia convalidada únicamente por la American Polarity Therapy Association (APTA) y que además está incluida en las coberturas de algunos seguros médicos privados de salud en países como Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Francia y Alemania.