Hace unos días leía que los autónomos son las personas a las que les cuesta más desconectar en verano. Podría parecer obvio ya que éstas no pueden delegar sus tareas y funciones a nadie durante ese periodo pero, por el contrario, a muchas personas o managers que tienen equipo a cargo les ocurre lo mismo. Incluso hay profesionales independientes que desconectan más ya que buscan alternativas, como planificar secuencialmente su actividad con el objetivo de disfrutar del merecido descanso. Sea como fuere, lo que resulta evidente y más en el entorno actual, es que el equipo es fundamental para encontrar la eficacia y el rendimiento deseado respecto a la actividad que uno desarrolla. Y eso en periodos de descanso es cuando más se nota.
El liderazgo de hoy se basa en crear entornos colaborativos donde el equipo suma más que cada miembro de manera individual
Esta perspectiva de cohesión grupal que se tiene tan presente en el mundo del deporte, parece que no es tan evidente en el mundo empresarial. Sólo hay que oír estos días las quejas de los managers comentando que no pueden desconectar de su trabajo, que tienen que estar enganchados al móvil viéndose obligados a seguir contestando correos electrónicos (el “cáncer” de muchas empresas y el mejor notario del “pasa pelota”).
Como sucede en el alto rendimiento, se debería trabajar mucho durante el año para crear equipos de trabajo que no dependieran sólo de una persona. Para ello, lo primero y fundamental es tener una IDEA: todo nace de una idea y con ella se desarrolla el resto. Una idea de juego, una ilusión, la emoción de un reto… A la respuesta ¿Por qué quiero hacer lo que hago? seremos capaces de saber dónde queremos llegar (visión) a través de qué objetivos y cómo conseguirlos (misión). Todo reto nace de esta visión del líder, que proyecta su idea con pasión a todos aquellos que quiere que formen parte de la misma. Y este será el segundo aspecto primordial (¿con quién?): escoger a las personas de tu equipo, conociéndolas al máximo, con el objetivo de coordinarlas estableciendo roles aceptados y compartidos por todos. Y cuando hablamos de personas y del cómo, estamos obligados a definir nuestros valores y normas como equipo, porque no todo vale. Y cuando hablamos de equipos, definir significa consensuar. Sin consenso no existe compromiso ni confianza, y sin compromiso ni confianza olvidémonos de la cohesión.
Tener una idea, saber con quién la comparto y consensuar nuestros valores y objetivos, facilitará la cohesión grupal necesaria en un equipo
Cuando analizamos equipos que han tenido un alto rendimiento deportivo nos damos cuenta de que todos compartían un denominador común: sus objetivos individuales estaban alineados a los colectivos con compromiso y con confianza total entre los miembros. Tenemos multitud de ejemplos: la selección española de baloncesto con Pepu Hernández, el dream team de Johan Cruyff, la selección femenina de waterpolo campeona contra todo pronóstico del mundial en 2013… Todos los líderes de estos equipos lo tenían claro: “hemos ganado porque compartimos una ilusión y somos un equipo” decía Miki Oca entrenador de la selección de waterpolo al acabar ese campeonato.
Una vez establecidos los cimientos del equipo sólo queda mantenerse fiel a lo consensuado especialmente cuando aparecen las dificultades y los conflictos, proporcionando continuos feedbacks tanto individuales como colectivos. De esta manera, a través de la autocrítica y la mejora continua se van encontrando soluciones alineadas con los objetivos colectivos.
Si durante todo el año no trabajas en equipo, no pretendas tenerlo cuando lo necesites
En definitiva, si durante todo el año no has desarrollado en tu equipo variables como la colaboración, la autonomía y la toma de decisiones, será difícil que en tus vacaciones aparezcan por si solas. En competición deportiva tampoco surgen si previamente no se han entrenado. Por tanto, no te quejes, asume qué nivel de cohesión alcanzas con tus acciones y analiza qué puedes cambiar para mejorarlo. Por contra, si las has trabajado, no te preocupes por tus vacaciones. Éstas las podrás disfrutar en la misma proporción, en que tú como líder, hayas transmitido y provocado esa cohesión en tu equipo.