A partir de los tres años, el niño comienza a tener conductas negativas, por ejemplo; rabietas, violencia, agresividad.Si estas situaciones no mejoran, sino al contrario van en aumento cada día, se puede considerar que es un problema de conducta.
Problemas de conducta en niños.
Generalmente, los padres olvidan que el niño realiza en los primeros años de vida, una autentica hazaña para lograr entender y adaptarse a nuevas situaciones y normas, como puede ser, la llegada de un hermanito, dormir solo, quedar al cuidado de otras personas extrañas, ir al preescolar, divorcio de los padres…
Por lo tanto, ante este tipo de situaciones, el niño se comunica a través de la rabieta, violencia, agresividad, entre otros. Los rasgos principales de estas conductas son:
Agresividad: Es el instinto natural, orgánico e inconsciente mediante el cual los niños se defienden y se adaptan al ambiente social, por lo tanto, estos presentan actitudes agresivas, si en entorno es agresivo.
Rabietas: Cuando el niño o la niña sienten que no pueden obtener lo que desean, se siente frustrado y lo expresa dando patadas, llorando a gritos, se tiran al suelo y no aceptan ninguna explicación.
Desobediencia: En los primeros años los peques comienza desarrollar su personalidad, en consecuencia, presenta episodios de rebeldía, no aceptan ninguna imposición.
Violencia: Es una actitud aprendida, intencionada que causa daño a otro. Los niños violentos siempre responden a los golpes sin respetar edad ni autoridad.
TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad): Cuando los problemas de conductas nombrados anteriormente sobrepasan los límites normales, se puede pensar en este trastorno, aunque esto lo indicará el psicólogo.
¿Qué actitud tomar ante los problemas de conducta?
Casi siempre los problemas de conductas en pequeños se resuelven realizando ciertos cambios de actitud en los adultos, entre los que están:
- Mantener firmeza cuando se ha dado una orden, con esto se fortalecerá la seguridad y obediencia
- Las normas deben estar escritas, ser claras y deben ser cumplidas por todos los integrantes del hogar.
- Mantener la calma ante cualquier situación negativa del pequeño y no dudar ante la medida tomada, recuerda que el niño está imitando tu reacción.
- Se debe distinguir cuando el pequeño realiza algún logro, por pequeño que sea, no tiene que ser algo material, un beso, un abrazo o una sonrisa se sentirá más que recompensado.
- La autoridad solamente debe ser ejercida por papá y mamá, los cuales son los jefes del hogar.
- No des largos sermones ni amenaces, recuérdele lo que les pasará, si continúan con esa actitud.
- No te preocupes con las rabietas en la calle, mantén las normas, las cuales el niño debe conocer-
- Jamás llames la atención con odio, a gritos, furioso, entre otros, estas actitudes crean mucho miedo y angustia en los peques.
- Si estas orientaciones no dan resultado, debes acudir a un psicólogo, por ser el profesional más idóneo para enfrentar y resolver estas situaciones de conductas.