Me llamo Iratxe Larraia y desde hace más de 15 años me dedico a acompañar procesos humanos. Ejerzo como psicóloga, psicoterapeuta y doula, me considero guardiana de los ritos de paso y prácticas de cuidado de la mujer en sus diferentes etapas evolutivas. Empecé en salud mental comunitaria, sabía que mi vocación era acompañar a otros en el crecimiento a partir de la experiencia del vínculo.
Tras el nacimiento de mi primer hijo, comencé mi formación como Doula e inicié el camino del acompañamiento en la maternidad. Actualmente soy también Asesora de lactancia intercultural. En los siguientes años, fui ampliando mi acompañamiento como doula al resto de ciclos vitales de la mujer. A partir del 2015 dirigí mis aprendizajes hacia los diferentes cuidados y técnicas de otras medicinas tradicionales como la tibetana, el uso del rebozo en el masaje, ceremonias para el cierre de ciclos femeninos, junto con la sabiduría y bondades de las plantas para la mujer. En este camino he podido aprender de maestras a los que estoy muy agradecida por compartir su sabiduría sobre la mujer con tanta generosidad y nutrición.
Puedo contarte más sobre mi recorrido académico original, estudié psicología y me especialicé en el Enfoque Centrado en la Persona (Carl Rogers) para el acompañamiento individual, grupal y de pareja. Un enfoque humanista que apuesta por el respeto profundo por cada persona y su autonomía a la hora de generar su propia salud. Años más tarde realicé también la formación en psicodrama para incorporar el trabajo con la acción y lo simbólico en la consulta y las experiencias grupales.
Así que desde hace unos años empezó a nacer en mí un nuevo rol de acompañamiento a la mujer y, pasé a presentarme como psicóloga y doula integral de la mujer. Este acompañamiento lo integro con un abordaje más holístico, en la atención y cuidados de la mente, cuerpo y corazón en todos los ciclos de la mujer, no solamente en la maternidad. Así finalmente, un poco después del nacimiento de mi tercera hija, nací como Consultora en Salud Femenina algo todavía novedoso en nuestro país. Aunque deja que te diga que me siento siempre en continua transformación y crecimiento maitia, como la vida misma.