Desde los 16 años, recuerdo tener clara mi vocación: entender y ayudar a los demás. Cuando estudiaba en el instituto, un gran amigo y compañero de clase que sufría una grave enfermedad mental, fue el motor que despertó mi curiosidad por comprender y abordar la complejidad del aparato psíquico del ser humano.
Empecé a invertir mucho tiempo en leer todos los libros sobre psicología que caían en mis manos, no dejaba de visitar a mi profesor de Filosofía (que también era psicólogo) con gran avidez para que me explicara por qué nuestro compañero sufría y se comportaba de manera extraña a ojos de unos adolescentes
Desde entonces, mi camino ha sido el mismo, la Salud Mental. En el año 1995 empecé mis estudios universitarios y desde entonces no he dejado de formarme académicamente con diversas maestrías, especializaciones y cursos dentro y fuera de la Universidad.
Más allá de mi formación, considero que mi práctica profesional, está muy condicionada por una constante que se ha mantenido durante toda mi vida: la curiosidad y la fascinación por comprender al ser humano en sus múltiples contextos. Este interés me ha llevado a viajar por todo el mundo conociendo culturas totalmente distintas a la mía y a personas bajo apariencias muy diferentes.
Mirar la Realidad desde otros ojos y buscar respuestas que me permitieran comprenderla, me han hecho ver que, en el fondo, somos todos muy semejantes, así como nuestras necesidades, haciendo de mi trabajo una mezcla equilibrada de elementos emocionales y cognitivos.