-Terapia infantil:
La infancia es una etapa sagrada, es esencial preservarla y cuidarla. Es durante la niñez que construimos y consolidamos la mayoría de procesos emocionales, recursos y defensas, que nos acompañarán durante nuestra adultez. Es por eso que es importante honrar a los niños y vincularnos desde un lugar amoroso, de confianza y con una mirada limpia de juicio, para que ellos/as puedan desarrollar su creatividad, responsabilidad y autenticidad.
Las sesiones serán un espacio de seguridad para los/las niños/as. Un lugar donde iremos construyendo el vínculo desde el cual podremos trabajar las diferentes situaciones personales. Se respetará el ritmo y proceso de cada niño/a, acompañándolo/a desde la confianza para que encuentre sus potencialidades, maneras propias de aprendizaje y desarrollo, se dará pie a que ellos/as utilicen y descubran sus propios recursos. De este modo, se irá reforzando su espacio íntimo interno (la aceptación, la autoestima, la empoderamiento, el contacto con la vida...). Se procurará que este espacio íntimo interno sea un anclaje que poco a poco vaya creciendo en el interior y en el cual el niño pueda acudir en cualquier momento de necesidad, dentro y fuera de las sesiones.
Todas las dinámicas y procesos se darán de forma lúdica; jugando, pintando, hablando, moviéndonos...
El proceso terapéutico de los niños/as va acompañado de la implicación de su familia, en estas sesiones se trabajará para que fuera de la terapia el proceso tenga continuidad y para que la familia también tenga espacio para abrir sus cuestiones, dudas e inseguridades. Será un lugar para sentir sostén y también un lugar de acompañamiento para encontrar la claridad y seguridad que los/las niños/as necesitan.
-Terapia juvenil:
La adolescencia es una etapa delicada y muy importante de la vida, es cuando se forma nuestra primera identidad adulta. Muchas veces viene acompañada de situaciones y procesos personales y familiares difíciles e intensos por eso aconsejo tener un sostén que pueda guiar al adolescente y también a su familia para poder vivir esta etapa más amorosamente.
La terapia con los jóvenes será un proceso hacía su propia voz, para acompañar toda su energía, capacidad y creatividad hacía la construcción de su identidad. Es una etapa de mucha fuerza y también de vulnerabilidad, es importante que tengan sus espacios para desarrollar su mundo emocional y poder tener adultos de referencia en quienes confíen, también fuera del núcleo familiar. Los acompaño acorde a sus propios ritmos, con respeto a sus procesos internos y encaminándonos hacía la responsabilidad de su propio proceso en la medida en que cada uno/a puede.
Es una etapa de grandes cambios por ello en las sesiones se dará espacio para encontrar su nuevo lugar y también a acompañarlos a ellos/as y a la familia a poder encontrar nuevas formas de comunicación que se adapten mejor a la persona en la que se está convirtiendo.
El trabajo se realiza desde la conversación y empleando múltiples formas de expresión artística y simbólica.
La familia también tendrá su espacio en el proceso terapéutico, estas sesiones servirán para que se puedan abrir nuevos puentes de comunicación y pueda haber mayor comprensión de la etapa que se está viviendo a niveles individual y familiar. También será un lugar para poder descargar las emociones que provocan estas nuevas vivencias y sentirse sostenido, además de acompañaros en el cambio que implica ser padres, madres o tutores/as de un/a adolescente.
-Terapia para adultos/as:
La adultez es amplia, diversa y puede ser difícil de abarcar con palabras, aunque por lo general suele venir acompañada de un aumento de las responsabilidades, expectativas y presiones sociales sobre lo que la sociedad entiende que es ser un adulto. Nos adaptamos a estas presiones y expectativas, sobrevivimos a menudo sin tener opción de respetar nuestros propios ritmos, nuestras necesidades ni nuestro mundo emocional. Las consecuencias de estos procesos suelen ser somatizaciones, encontrarse insatisfecho, sin ganas, tener pensamientos negativos, intensidad emocional… y tantas otras formas como maneras que hemos encontrado para sobrevivir.
Las sesiones con personas adultas están orientadas a darte este espacio que no has tenido para que pueda emerger tu necesidad, para que pueda haber escucha de tu mundo interior. Un lugar para poder expresar y descargar con sostén, sintiéndote acompañado/a. A partir de ahí iremos ordenando el caos o confusión que generan nuestros pensamientos y emociones. Durante el proceso también trabajaremos el sistema familiar de origen y la propia infancia para poder observar los recursos que aprendimos en las condiciones que tuvimos y decidir si estos todavía nos sirven o si necesitamos otros. Todos los procesos se abordarán cuando la persona pueda sostenerlos y respetando el ritmo de cada uno/a, encaminándonos así hacía el auto-sostén.