Qué te pasa por la cabeza al leer el concepto “Crisis de los 40”? ¿Sientes que tú puedes estar atravesándola? ¿O crees que no existe como tal y es un concepto inventado? En este artículo te expongo los problemas más comunes y te propongo soluciones para esta complicada etapa vital.
Se habla mucho de “la crisis de la mediana edad” o “crisis de los 40”, y todo el mundo tiene una opinión al respecto. Yo hoy en este artículo daré la mía como Coach y Astrólogo especializado en esta etapa de la vida que para muchos es una crisis personal y/o profesional.
El origen del concepto “Crisis de los 40”
Fue el psicoanalista Elliott Jacques en 1965 quien utilizó primero el término midlife crisis para referirse a artistas que mediante su actitud y comportamiento se aferraban a una imagen juvenil y renegaban de la idea de envejecer y por tanto, de morir.
Unos años más tarde, gracias a otros autores y a varias películas, el concepto de Crisis de los 40 se consolidó entre la sociedad, hasta el punto en que en una encuesta de 1994, el 86% de los encuestados respondieron que sí creían en esta crisis e incluso que la estaban padeciendo.
Sin embargo, en la comunidad científica hay detractores de este concepto, quienes argumentan que faltan evidencias y que estadísticamente no se puede probar una correlación que justifique su existencia, porque cada etapa vital lleva asociados unos problemas biológicos y sociales que afectan a los individuos de maneras diferentes y en cada caso se puede dar o no un episodio de crisis.
Síntomas de la temida “Crisis de los 40”
Más allá de entrar en debates de etiquetas, pongamos el foco en los síntomas a los que se asocia esta temida crisis.
- “No le encuentro sentido a la vida.”
- “Voy de casa al trabajo y de trabajo a casa. ¿Realmente tiene que ser así? ¿Va a seguir siendo así?”
- “Siento que me falta ilusión en todo lo que hago.”
- “Mi trabajo no me llena. Me siento como un mercenario todas las mañanas.”
- “Mi relación de pareja está estancada, va cada vez peor.”
- “Siento que se me está escapando mi juventud y aún tengo demasiadas cosas por hacer.”
- “Tengo pánico a envejecer.”
- “Siento que he tomado malas decisiones y ahora estoy pagando las consecuencias… y ya no puedo hacer nada.”
Esta lista podría ser más extensa, sin embargo, creo que es suficientemente significativa como para que al menos en alguno de los puntos te puedas sentir identificado(a). (Si no es así, ¡enhorabuena!).
Un denominador común de todos ellos, es que se da con más frecuencia entre personas con una edad entre los 35 y 45 años. Tanto en hombres como en mujeres.
Las “trampas” de la Crisis de los 40
Es un momento vital en el que simbólicamente hemos recorrido la mitad del camino y tenemos ya una buena perspectiva de nuestras vivencias a la vez que podemos vislumbrar lo que nos queda por delante.
Llevamos una mochila muy cargada ya de experiencias, decisiones, relaciones, éxitos y fracasos. Es un sobrepeso importante que ya nos obliga a llevar otro paso. Pero, ¡aún queda mucho por caminar!
Es humano entonces reflexionar sobre cómo sería el resto del camino si no tuviéramos que llevar esa pesada mochila pegada a la espalda de la que no podemos librarnos.
Y así podemos llegar a caer en “trampas”, en errores de percepción de la realidad, sintiendo o creyendo que no soportamos más llevar nuestra mochila:
«Fue culpa mía. Me equivoqué y ahora mi mochila pesa demasiado.»
Una de ellas es ver y juzgar las decisiones tomadas en el pasado con los conocimientos, la experiencia y la certeza del presente. Sin embargo, cuando tomaste aquella decisión, tú pensabas que hacías lo mejor con la información que tenías en aquel momento. No puedes valorar el pasado desde tu momento presente.
“No puedo cambiar. No puedo vaciar ni añadir nada nuevo en mi mochila.”
Otra trampa es proyectar hacia delante nuestro presente, como si todos los días a futuro fueran a ser iguales. Aquí estamos asumiendo que no tenemos recursos para decidirnos a arriesgar a cambiar cosas que no nos gustan, porque nos creemos atrapados en una estructura o porque tenemos miedo a perder. No queremos salir de nuestra zona de confort.
“La culpa es de los demás. Por eso estoy condenado a llevar esta mochila.”
Y otra trampa más es la necesidad de culpabilizar a tu pareja, a tu jefe, a tu familia de que aquí y ahora no seas feliz o no te sientas realizado. Estás poniendo el foco fuera y no dentro. Te es más fácil echar pelotas fuera que pararte a mirar dentro de ti.
Culpabilizar al exterior y ponerte en el papel de víctima es muy tentador. No hay que hacer nada, es muy fácil y puedes quejarte sin parar, siempre que encuentres a alguien que tenga la paciencia de escucharte.
“Necesito romper con todo.“ La solución a mis problemas es deshacerme de la mochila.
Te comportas de manera reactiva e impulsiva, rompiendo con tu pareja, dejando tu trabajo, divorciándote… como si fuera la solución. O bien, dándote un capricho “porque te lo mereces y punto”, y te compras una moto o un descapotable (si te lo puedes permitir).
Reaccionar de manera compulsiva puede aliviar momentáneamente pero nunca es la mejor solución. Y te puede traer más problemas!
“Crisis de los 40”, no necesariamente a los 40
Por supuesto que las anteriores situaciones se pueden dar a los 20 y a los 50… la edad biológica del individuo no es excluyente. Cada persona tiene un entorno que puede acelerar o retrasar la llegada del momento de conectar esta insatisfacción existencial que suele darse con tanta frecuencia en la franja de edad entre los 35 y 45.
Las causas pueden ser diferentes, pero las sensaciones van a ser las mismas adaptadas a la realidad que envuelve a quien las padece.
Pues sí. Caemos en trampas. En estas y en otras muchas. Vale, no somos perfectos. Lo bueno de equivocarse es que lleva implícito un potencial aprendizaje. Está ahí, aunque no siempre es fácil verlo.
Volviendo a usar la metáfora de la mochila… ¿No crees que lo más razonable en cualquier caso sería pararte, revisar lo que llevas en la mochila y decidir qué es lo que realmente quieres conservar y qué es lo que quieres sacar porque te pesa demasiado o porque no te aporta lo suficiente?
¿Y si además decides aprovechar tu aprendizaje de esas experiencias negativas que te han causado infelicidad e insatisfacción y que quieres eliminar de tu mochila en aprender a conocerte mejor?
- Serías más consciente de cuáles son tus prioridades, tus verdaderas motivaciones que provocan que te comportes de determinada manera.
- Te ayudaría a elegir mejor en la próxima ocasión que se presente, porque sabrías lo que realmente quieres.
- Y ya desde ahí, probablemente verías con otra perspectiva tu mundo… y quizás tendrías más fuerza para querer cambiarlo. O quizás lo valorarías más y mejor y sentirías agradecimiento y ganas de conservarlo.
¿Cómo conocerte mejor para superar la “Crisis de los 40”?
Te presento dos fantásticas herramientas que yo mismo he comprobado que funcionan:
La Astrología Psicológica es la mejor herramienta de autoconocimiento que conozco.
Un proceso de Astrología Psicológica empieza con la Carta Natal, que interpretada como un mapa psicológico te muestra tus puntos fuertes, tus talentos, tus bloqueos y tus miedos.
Tener acceso a esta información te ayudará a centrar tus esfuerzos en aquello que te hace sentir más realizado y a buscar estrategias para reducir el sufrimiento. La combinación de ambos es la llave de tu felicidad.
El Coaching Teleológico es un proceso de acompañamiento orientado a ayudarte a conseguir el objetivo que deseas. A través de sesiones individuales, el proceso de coaching comienza por poner orden en tus deseos y prioridades, pasa luego por identificar tus fortalezas para empoderarte y finalmente, concluye fijando un plan de acción para conseguirlo.
¿Te has sentido identificado(a) y deseas superar la crisis de los cuarenta? Contáctame en https://lacarabdetuvida.com/
¿Tienes dudas? Estaré feliz de leerte en los comentarios.